Lo exigía tanto la situación en
la tabla como el calendario de los últimos seis partidos de Liga.
A pesar de la cómoda victoria
frente al Talavera seguíamos en descenso directo y por delante cuatro partidos
de esos seis a disputar serían lejos de las confortables gradas de Pasarón.
¿Consecuencia?
O se lograba hacer lo que hasta
ahora había resultado casi imposible, esto es, ganar fuera o no habría nada que
pudiera evitar el descenso.
Y las circunstancias que rodeaban
el primero de esos cuatro encuentros a domicilio no resultaban precisamente muy
alentadoras.
En primer lugar por el propio
rival, Navalcarnero, incrustado sorprendentemente en el cuarto puesto de la
clasificación y que se había tomado el choque como el primer espaldarazo para
cristalizar su sueño del play off de ascenso.
En segunda instancia por el
horario matutino que al Pontevedra casi siempre le sienta auténticamente de
pena. De hecho, de los seis puntos conseguidos hasta ayer fuera de casa sólo
uno (Adarve) se había obtenido en partidos jugados a esa dichosa hora de las 12
de la mañana.
Por último, (y a pesar de que
lamentablemente por las carencias de instalaciones con las que cuenta el
Pontevedra para entrenar el equipo suele ejercitarse en muchas ocasiones en
campos con hierba sintética) el hecho de que el terreno de juego rival
estuviese compuesto por hierba artificial hacía torcer de nuevo el morro a la
parroquia pontevedresa.
Sin embargo, ninguno de esos
condicionantes previos ni otros acontecidos durante el partido pudieron evitar
que de una vez por todas el Pontevedra CF “soltase” un partido fenomenal como
visitante y obtuviera un triunfo absolutamente vital que acerca bastante más
esa permanencia tan deseada y tan necesaria para la institución granate.
Y es que según las crónicas el
Pontevedra no sólo ganó sino que fue mejor ayer por la mañana en Madrid y
demostró al fin con hechos y no solo con palabras que el equipo es capaz de
ganar partidos lejos de nuestra ciudad a base de concentración, trabajo y ese
acierto que siempre es imprescindible y que ayer también apareció en esta
localidad del sur de la Comunidad de Madrid.
De la mano de la “vieja guardia”
granate formada por Edu, Kevin, Alex Fdez y Mouriño (ayer otra vez en el campo
como titulares) y después del clásico susto de las doce y un minuto que Edu
pudo solucionar, cuentan esas crónicas que el Pontevedra se plantó como es
debido en el campo; defendió con orden las embestidas locales y se desplegó en
ataque lo suficiente como para no sólo hacer los dos goles sino también crear
varias oportunidades adicionales para marcar.
Alex González hizo el primero
antes del descanso continuando su gran semana anotadora iniciada el Miércoles
en el último suspiro de la ida “garrafona”.
Eder Díaz, por su parte,
convertía en la segunda parte el 0-2 que ponía algo más de tranquilidad en el
marcador y certificaba la “machada” granate en Madrid que a buen seguro casi
ninguno de nuestros rivales esperaba a priori y que les habrá producido un buen
“tantarantan” en sus corazones al enterarse del resultado.
Sobre Eder es justo decir que “a
la chita callando” ya ha logrado con el de ayer cuatro goles en la Liga y
algunos de ellos (como el de Coruxo y sobre todo el de ayer) trascendentales
para asegurar puntos para el equipo.
No era el delantero que el que
esto escribe esperaba en el mercado de invierno (sobre todo después de las
expectativas creadas por el propio club de cara a ese mercado) pero lo que
resulta innegable es que por lo menos en este último mes de competición y con
sus limitaciones está siendo un hombre importante y ojala lo siga siendo en
estos tan emocionantes como estresantes cinco últimos encuentros de la
temporada liguera.
Cuando estamos en una situación
clasificatoria como la actual, una victoria como la obtenida en Navalcarnero
hace que la jornada ya sea extraordinaria pero como suele pasar en estas
ocasiones la gran alegría que por fin nos ha proporcionado el Pontevedra CF se
ha visto acompañada con algunos otros marcadores harto convenientes para
nuestros intereses.
Las derrotas de Segoviana fuera y
Coruxo en casa nos vienen muy bien para el futuro.
No sorprenden demasiado los tres
puntos ganados por el Valladolid B en los Anexos de Zorrilla dada su
excepcional racha en la segunda vuelta aunque a su victoria se le puede sacar
el dato positivo de haber sido lograda contra un Guijuelo que se viene abajo y
al que podríamos superar en la tabla de ser capaces de vencerles aquí el
próximo Domingo.
Del duelo de rivales directos
entre Racing y Toledo habría preferido un empate pero de ganar alguno entiendo
mejor para nosotros que esa victoria haya sido conseguida por el Racing de
Ferrol pues el Toledo partía por delante al comienzo de la jornada.
Sea como fuere, al margen de las
aventuras y desventuras de nuestros más directos contrincantes para eludir el
descenso, lo verdaderamente trascendental es que el equipo haya podido
encontrarse a sí mismo como visitante cuando era obligatorio hacerlo.
Es de esperar que esta victoria
sufrida (a pesar del 0-2 que levante la mano quien no pensó a lo largo de los
últimos diez minutos y el descuento en “un nuevo Guijuelo”) y muy meritoria
convenza a la plantilla que jugar fuera de casa no es sinónimo de derrota y le
aporte un refuerzo psicológico importante que tan bien puede venirle para esos
dos duelos consecutivos contra rivales directos que llegarán en dos semanas.
Antes el Guijuelo.
Y para ese partido no dudo que
esa afición granate (a la que también podría aplicársele ese slogan de hace
unos años “me mata, me da la vida” de un conocido equipo de Primera División)
jugará su papel apoyando con entusiasmo a sus colores sabedores de la
importancia suprema de los puntos en juego.
Será otra batalla para la que
tendremos la baja “gorda” de Alex González si se confirma su sanción por cinco
amarillas pero en la que sean cuales sean los jugadores que salgan deberán
dejar meridianamente claro (tal y como hicieron ayer) que el Pontevedra CF no
está por la labor de bajar a tercera sino de salir a flote como merece su gente
y poner quien sabe si la primera piedra para un futuro algo más alentador.
Gracias a Dios que no la cagamos el domingo y que el Celta B nos echara una mano, que de haber perdido y ganar el Coruxo la permanencia se iba a 5 puntos
ResponderEliminarFélix,ahora que parece que se ha puesto de moda atizarte por tus columnas va desde aquí mi apoyo.señalar las cosas que se hacen mal en el club es sano y no significa que no sintamos la camiseta.precisamente,porque la sentimos y nos duele se han criticado cosas.sigue así,que pesebreros ya hay bastantes.
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