Solventado el “trámite”
foráneo con otra derrota que a nadie que siga más o menos de cerca la
actualidad del Pontevedra CF debe sorprender, se inicia una nueva semana que
culminará con otra nueva final para los nuestros en Pasarón ante el Rayo
Majadahonda.
Ayer en el campo del
segundo equipo del Real Madrid el primer error grave que nos dejó casi
noqueados para el resto del partido no fue nuestro sino de un colegiado que
convirtió en pena máxima un resbalón de un jugador blanco en área granate
dejando a casi todo el mundo tanto en
Valdebebas como delante de los televisores con la boca abierta.
Hasta ese momento el
equipo no sufría casi nada atrás y de la mano de Añón y Jorge trataba de salir
con peligro consiguiéndolo en un par de ocasiones en las que llegó con intención
a los dominios del portero castillista.
Con ese penalti, sin
embargo, cambió todo. Y lo hizo porque el Pontevedra cuando actúa de visitante
no aguanta el primer golpe recibido en contra. A la más mínima contrariedad la
resistencia granate se diluye como un azucarillo en café cargado y es incapaz
de variar el resultado del choque hasta acabar ahogado en su propia impotencia
y desesperación.
Es cierto que ese
hundimiento total y ciertamente
intolerable no se produjo en Madrid con ese primer gol de penalti pero sí tras
el segundo tanto encajado en la primera jugada de la segunda parte al defender
de forma penosa un corner botado por el Castilla.
Con todo el segundo
tiempo por delante el Pontevedra se consumió a fuego lento sin mostrar una
mínima capacidad de reacción y sólo en un lanzamiento lejano de Mouriño
despejado a la esquina en gran intervención por Zidane apareció nuestro equipo
más o menos cerca del área capitalina.
Esa sensación
desagradable de incapacidad y de equipo derrotado por los acontecimientos no
hizo sino aumentar con el doble cambio efectuado por Luismi.
Ojo! no es que Añón o
Alex González hicieran ayer grandes cosas sobre el césped de Valdebebas y
también es cierto que con tres goles abajo era casi una quimera darle la vuelta
a la situación pero todos los seguidores granates sabemos que esta temporada el
ataque pontevedrés depende en gran parte de ellos y su relevo faltando todavía
media hora para el final sonó a entrega total de las armas para preparar quien
sabe si el partido del Domingo o las semifinales de la Copa “Garrafón”.
Lo mejor en la última
parte del encuentro es que el Castilla falló dos o tres ocasiones muy claras
que podrían haber producido todavía mayor sonrojo entre la parroquia granate y
que el partido terminó sin ninguna lesión más que añadir a las que ya padece el
Pontevedra CF alguna de las cuales está haciendo bastante daño por la
importancia del jugador que las sufre.
Así las cosas, aquellos
que todavía opinen que el Pontevedra no gana fuera por los deplorables campos
en los que jugamos (sin tener en cuenta el patatal en el que se convierte desde
hace años en invierno Pasarón sobre el que hemos vencido a Fuenlabrada y Racing
de Ferrol) habrán comprobado que sobre uno de los mejores céspedes de la
categoría el equipo ha vuelto a ser el mismo conjunto timorato, frágil y
desquiciante que ya fue en escenarios como Bouzas, S. Sebastián de los Reyes o
cualquier otro estadio en el que en los dos últimos años hemos ofrecido una
imagen lamentable.
Esto no es normal (hace
tiempo que dejó de serlo) y no parece que el club sea capaz de detectar cual es
el verdadero problema para que este estado de cosas se prolongue tanto en el
tiempo y la temporada pasada haya provocado que casi nos quedemos fuera de un
play off que parecía asegurado y esta campaña nos esté arrastrando hasta las
miasmas de la tercera división.
Como se dijo al
principio, el Domingo toca otra sesión de sufrimiento en Pontevedra con la
visita del segundo clasificado de la Liga.
Por obra y gracia de
ese personaje que tenemos al frente de la LFP con sueldo astronómico (antiguo
trabajador de próceres futbolísticos como Dimitri Pitterman o Ruíz de Lopera),
la Liga de primera se decidirá en gran parte a la hora en la que el fútbol modesto
celebra sus partidos con cada vez más cemento en sus humildes graderíos y el
Pontevedra CF no será una excepción pues sospecho que a nadie se le ocurrirá en
la entidad obrar en consecuencia y tratar de paliar los efectos de tal
circunstancia.
Poco después de que
Messi o Suárez intenten “vacunar” la Liga derribando ese muro de hierro llamado
Jan Oblack o que Griezmann y Costa traten de buscarles las cosquillas a Piqué y
Umtiti para mantener la competición viva, el Pontevedra CF saldrá al césped de
su casa para lograr otra victoria vital que le mantenga a flote y no agrave
hasta límites insospechados su agonía en la tabla.
No veremos en
Pontevedra ni a Leonel ni Antoine y sí a Carlitos o a Dani Pichín pero habrá
que estar allí sin importarnos que la primera división entre en ebullición
porque si al Pontevedra le dejamos solo en Pasarón, si sucumbimos a la poderosa
tentación de disfrutar con las carreras y regates del rosarino o a la etiqueta
y elegancia del borgoñés, entonces habremos dado otro paso para que la desidia
y la incompetencia granate mostrada fuera pueda extenderse también como local y
el descenso dejar de mostrarse como una amenaza para pasar a formar parte de la
cruda realidad.
Fuera de casa seguimos siendo una banda, me da igual lo de que el penalti se lo inventara el árbitro, durante los 90 minutos dimos vergüenza. Tal y como está la clasificación, que Lupe vaya el viernes a la capilla del Nazareno a pedir las Tres Gracias por el equipo, porque a este paso la salvación va a ser jodida.
ResponderEliminarMención aparte para tu amigo Osvaldo que ayer volvió a hacer el ridículo con esa penosa entrevista en plan peloteo a Feáns, como descendamos aún es capaz de decir en la radio que él no ha sido responsable y no tiene culpa de nada...
Tras escuchar la tertulia de este mediodía en la que la persona a quien aludía el comentario anterior al mío ha hecho referencia me gustaría decir un par de cosas:
ResponderEliminar-No tengo el gusto de conocer a Oswaldo en persona y francamente me parece algo injusto el comentario anónimo que se hizo sobre él. Pienso que en el momento que estamos pretender echar culpas cuando quedan tres meses de competición no viene a cuento, además de que cada uno tenemos nuestras opiniones y hay que respetarlas.
-Al hilo de lo que comentaba antes, pienso que tal y como está nuestro equipo deberíamos dejarnos de historias y centrarnos todos en animar y apoyar para salir de esta difícil situación en la que nos encontramos. Tiempo habrá cuando finalice la temporada para analizar qué se hizo y pedir responsabilidades, pero ahora debemos estar todos juntos para que el Pontevedra salve la categoría a la que tanto nos costó llegar durante cuatro años.
Dicho esto, ojalá que el domingo en Pasarón tengamos una gran entrada y que los tres puntos se queden en casa, nos estamos jugando mucho y debemos estar unidos. ¡Hai que roelo!
Si desde la emisora referencia en Pontevedra,no se apoya en estos momentos tan complicados,¿cuando se tiene que hacer ?.Hay ciertos personajes en la ciudad que solo se alimentan de carroña o a lo mejor es que tienen cuentas pendientes de otro tipo .En fin,
ResponderEliminarFeans a logrado,con ayuda o sin ella,exitos deportivos en el Pontevedra y si al final se desciende que responda.Pero ahora no es el momento de destruir.
Máximo apoyo al gran profesional que es Oswaldo García, persona comedida a la hora de opinar y entrevistar, objetiva y que siempre suma. Enhorabuena por liderar los programas deportivos con buenos contertulios como Picallo, Cesar Pazos, Mariño, Felix, etc. Única excepción, el mayordomo de Luisito, Xaime Nogueira, que no tiene ni idea de lo más importante de un periodista, la imparcialidad y objetividad.
ResponderEliminarUna pregunta sobre lo de hoy (dejando a un lado lo ocurrido en el césped, de lo cual en estos momentos prefiero no hablar): ¿no se podía haber hablado con la Tvg para poner el partido una hora más tarde? Ha sido muy triste ver Pasarón tan vacío en un partido tan importante como el de esta tarde con solo 1500 personas. Esto no debería volver a repetirse
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