El Doctor Jekyll sabía que el
partido era vital, casi decisivo y lo más importante, se disputaba en su propia
casa.
En realidad nunca le había
gustado beber el extraño brebaje en su hogar. Gustaba de utilizarlo en sus
viajes, lejos de casa, a espaldas de la gran mayoría de los miles de sus
seguidores que no acostumbran a desplazarse fuera de la ciudad.
Sin embargo, era muy consciente
de la recaída sufrida a finales de año y que le llevó a la ingesta en su propio
domicilio de importantes cantidades de la maldita poción con los consiguientes
ridículos ante su gente frente a Valladolid B, Segoviana y Atlético de Madrid
B.
Aquellos días no apareció el
elegante, sobrio y seguro de sí mismo Dr Jekyill sino el zafio, desaliñado y
desesperante Mister Hyde que se apoderó de la escena sin contemplaciones y
envió al Pontevedra CF a la lucha descarnada por no descender.
Por fortuna, Jekyll soportó ayer
la tentación y comenzó el encuentro con personalidad, presencia y cierta
intención futbolística.
Las consecuencias no se hicieron
esperar y ante un lamentable Racing de Ferrol, el Pontevedra bajo la batuta de
Jekyll fue el único equipo existente en la primera parte sobre el impresentable
césped de Pasarón.
Con una defensa con tres
centrales en la que debutó Darío Flores que cumplió su cometido con discreción
y sin estridencia alguna y en la que volvió a destacar un notable David Castro
que parece haber encontrado una ubicación más acorde con sus características,
el Pontevedra encontró vías de entrada en la defensa departamental tanto por
las bandas como por el centro de su ataque. Jorge Hernández volvió a ser el
jugador peligroso de casa y Alex González ese puñal que tanto se necesita para
desbordar jugadores rivales.
De ellos fueron los dos primeros
goles que limpiaron de fantasmas al Dr. Jekyill traspasándoselos en su
totalidad a un Racing cuya imagen en la primera parte no pudo ser peor.
Todavía se le pusieron mejor las
cosas al Pontevedra en los primeros minutos de la segunda parte en una jugada
llevada de nuevo por Alex González y Jorge que finalizó con acierto Iván Martín
haciendo el tercero.
Ese parecía el golpe definitivo
para un Racing que había efectuado los tres cambios de una tacada tras el
descanso en una clara muestra de lo poquísimo que debió gustarle a su técnico
los primeros 45 minutos de su equipo.
No obstante, a partir del 3-0 el
Pontevedra dejó de amenazar en ataque a los ferrolanos y cedió totalmente la
iniciativa a su rival que empezó a tocar con más criterio la pelota sobre el
“pasto de vacas” de Pasarón y a crear ocasiones ante la portería de Edu.
Era como si nuestro querido Dr.
Jekyll se hubiera echado a dormir o lo que es peor hubiera decidido meterse al
gaznate un buen trago de la poción de su propia creación para convertirse poco
a poco en el desfigurado Mr Hyde que tan bien conocen en los diferentes
estadios de esta categoría.
Por suerte, cualquier tentación
de nuestro protagonista de embriagarse con el elixir fue desterrada de un
plumazo por Edu Sousa que en extraordinaria intervención fue capaz de rechazar
un penalti lanzado por Joselu cuando todavía restaban más de veinte minutos
para el final y quien más quien menos pensaba que la cosa podría todavía
torcerse dado el cariz que estaban tomando los acontecimientos.
No fue así por esa inmensa parada
de nuestro portero, por un poste que rechazó un lanzamiento rival poco después
del 3-0 y porque los jugadores ferrolanos se mostraron totalmente negados ante
el gol en las varias ocasiones en las que un relajado en exceso Pontevedra les
permitió acercarse a su portería.
Esa resistencia del Dr. Jekyll a
los poderes sobrenaturales de su poción va a seguir siendo decisiva en el tramo
final de la competición.
De todos es sabido que cuando el
equipo se marcha de Pontevedra esa resistencia se resquebraja y el pobre Jekyll
inunda su organismo con el denso y adictivo brebaje que le inutiliza para sacar
siquiera una triste igualada en los partidos como visitante.
El Pontevedra pasa a ser otro. Se
convierte en un equipo feo, romo y triste que regresa a la ciudad del Lérez con
una derrota tras otra bajo el brazo.
Son cinco partidos los que nos
quedan en casa y cinco las victorias que tenemos que conseguir. Quizá baste con
44 puntos y si no es así se tendrán que romper todas las botellitas de cristal
en las que Jekyll guarda su arsenal para que en algún desplazamiento el rostro
agradable y bondadoso de nuestro Doctor no se convierta en el desfigurado y
macilento de Mr. Hyde.
Por lo menos esta semana no habrá
ruido de sables, no se buscarán enemigos de la causa al amanecer y los
teléfonos permanecerán callados.
Quien saldrá más beneficiado de
todo ello no es otro que el Pontevedra CF cuya imagen no se deteriorará todavía
más por aquellos que precisamente
deberían salvaguardarla y dotarla de mayor prestigio.
Ahora a ver si no sale Mr Hyde el domingo y ganamos en Valdebebas que buena falta hace
ResponderEliminarFuera de casa es imposible ser optimista, como no empecemos a puntuar estamos en 3ª. Sobre todo este año debido a la entidad de nuestros adversarios ( Toledo, Ponferradina...)
ResponderEliminarPues desgraciadamente Hyde apareció en Madrid para hacer el enésimo ridículo fuera de Pasarón
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