lunes, 19 de febrero de 2018

Gracias Dr.Jekyll


El Doctor Jekyll sabía que el partido era vital, casi decisivo y lo más importante, se disputaba en su propia casa.

En realidad nunca le había gustado beber el extraño brebaje en su hogar. Gustaba de utilizarlo en sus viajes, lejos de casa, a espaldas de la gran mayoría de los miles de sus seguidores que no acostumbran a desplazarse fuera de la ciudad.

Sin embargo, era muy consciente de la recaída sufrida a finales de año y que le llevó a la ingesta en su propio domicilio de importantes cantidades de la maldita poción con los consiguientes ridículos ante su gente frente a Valladolid B, Segoviana y Atlético de Madrid B.
Aquellos días no apareció el elegante, sobrio y seguro de sí mismo Dr Jekyill sino el zafio, desaliñado y desesperante Mister Hyde que se apoderó de la escena sin contemplaciones y envió al Pontevedra CF a la lucha descarnada por no descender.

Por fortuna, Jekyll soportó ayer la tentación y comenzó el encuentro con personalidad, presencia y cierta intención futbolística.

Las consecuencias no se hicieron esperar y ante un lamentable Racing de Ferrol, el Pontevedra bajo la batuta de Jekyll fue el único equipo existente en la primera parte sobre el impresentable césped de Pasarón.

Con una defensa con tres centrales en la que debutó Darío Flores que cumplió su cometido con discreción y sin estridencia alguna y en la que volvió a destacar un notable David Castro que parece haber encontrado una ubicación más acorde con sus características, el Pontevedra encontró vías de entrada en la defensa departamental tanto por las bandas como por el centro de su ataque. Jorge Hernández volvió a ser el jugador peligroso de casa y Alex González ese puñal que tanto se necesita para desbordar jugadores rivales.
De ellos fueron los dos primeros goles que limpiaron de fantasmas al Dr. Jekyill traspasándoselos en su totalidad a un Racing cuya imagen en la primera parte no pudo ser peor.

Todavía se le pusieron mejor las cosas al Pontevedra en los primeros minutos de la segunda parte en una jugada llevada de nuevo por Alex González y Jorge que finalizó con acierto Iván Martín haciendo el tercero.
Ese parecía el golpe definitivo para un Racing que había efectuado los tres cambios de una tacada tras el descanso en una clara muestra de lo poquísimo que debió gustarle a su técnico los primeros 45 minutos de su equipo.

No obstante, a partir del 3-0 el Pontevedra dejó de amenazar en ataque a los ferrolanos y cedió totalmente la iniciativa a su rival que empezó a tocar con más criterio la pelota sobre el “pasto de vacas” de Pasarón y a crear ocasiones ante la portería de Edu.
Era como si nuestro querido Dr. Jekyll se hubiera echado a dormir o lo que es peor hubiera decidido meterse al gaznate un buen trago de la poción de su propia creación para convertirse poco a poco en el desfigurado Mr Hyde que tan bien conocen en los diferentes estadios de esta categoría.

Por suerte, cualquier tentación de nuestro protagonista de embriagarse con el elixir fue desterrada de un plumazo por Edu Sousa que en extraordinaria intervención fue capaz de rechazar un penalti lanzado por Joselu cuando todavía restaban más de veinte minutos para el final y quien más quien menos pensaba que la cosa podría todavía torcerse dado el cariz que estaban tomando los acontecimientos.
No fue así por esa inmensa parada de nuestro portero, por un poste que rechazó un lanzamiento rival poco después del 3-0 y porque los jugadores ferrolanos se mostraron totalmente negados ante el gol en las varias ocasiones en las que un relajado en exceso Pontevedra les permitió acercarse a su portería.

Esa resistencia del Dr. Jekyll a los poderes sobrenaturales de su poción va a seguir siendo decisiva en el tramo final de la competición.

De todos es sabido que cuando el equipo se marcha de Pontevedra esa resistencia se resquebraja y el pobre Jekyll inunda su organismo con el denso y adictivo brebaje que le inutiliza para sacar siquiera una triste igualada en los partidos como visitante.
El Pontevedra pasa a ser otro. Se convierte en un equipo feo, romo y triste que regresa a la ciudad del Lérez con una derrota tras otra bajo el brazo.

Son cinco partidos los que nos quedan en casa y cinco las victorias que tenemos que conseguir. Quizá baste con 44 puntos y si no es así se tendrán que romper todas las botellitas de cristal en las que Jekyll guarda su arsenal para que en algún desplazamiento el rostro agradable y bondadoso de nuestro Doctor no se convierta en el desfigurado y macilento de Mr. Hyde.

Por lo menos esta semana no habrá ruido de sables, no se buscarán enemigos de la causa al amanecer y los teléfonos permanecerán callados.
Quien saldrá más beneficiado de todo ello no es otro que el Pontevedra CF cuya imagen no se deteriorará todavía más por aquellos que  precisamente deberían salvaguardarla y dotarla de mayor prestigio.


3 comentarios:

  1. Ahora a ver si no sale Mr Hyde el domingo y ganamos en Valdebebas que buena falta hace

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  2. Fuera de casa es imposible ser optimista, como no empecemos a puntuar estamos en 3ª. Sobre todo este año debido a la entidad de nuestros adversarios ( Toledo, Ponferradina...)

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  3. Pues desgraciadamente Hyde apareció en Madrid para hacer el enésimo ridículo fuera de Pasarón

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