lunes, 18 de diciembre de 2017

Un guardaespaldas patético

Sólo faltó la banda sonora a todo volumen de la película “El guardaespaldas” con Whitney Houston “cantando a todo cantar” y que tras el indecente discurso pronunciado por Luisito este se hubiera convertido como por ensalmo en el atractivo Kevin Costner y hubiera cogido entre sus brazos a su desprotegida princesa para sacarla a codazos y con determinación furibunda de la celda en que se encontraba rodeada de delincuentes peligrosos con garras afiladas en lugar de dedos y miradas inyectadas en sangre deseosas de acabar con la protagonista.

Podría seguir “tirando” de ironía que es lo que quizá convendría para juzgar las actuaciones de un personaje como este pero lo de ayer es tan grave y cubre al Pontevedra CF de tal indecencia que no soy capaz de seguir haciéndolo.

He escrito no hace demasiado tiempo que por cuestiones exclusivamente futbolísticas no pediría jamás la destitución de ningún entrenador.

Podré opinar sobre si me gusta más o menos un partido, una táctica o un fichaje pero quien conoce (o debería conocer) como se encuentra un técnico de fuerzas y como mantiene la relación con su vestuario es el propio club a través de su director deportivo o aquellos miembros que contactan a diario con los integrantes de ese vestuario.

Ahora bien, ayer se han rebasado todas las líneas rojas habidas y por haber y el monólogo protagonizado por este individuo habría comportado su cese al minuto siguiente en cualquier club que pretendiera ostentar una vitola de mínima seriedad.

No encuentro por mucho que busco en mi memoria parangón alguno en lo escuchado ayer en el estadio de Pasarón.

Que un entrenador salga en público a menospreciar, vilipendiar y descalificar a parte de su propia afición es algo tan lamentable, tan grave y tan patético que resulta completamente inexplicable que a día de hoy este caballero continúe en su puesto.

Lo peor, por duro que resulte, no es eso.

Lo peor con diferencia es que esas palabras durísimas y fuera de lugar fueron pronunciadas con el asentimiento y condescendencia de una Presidenta que como ya es habitual le acompañaba en la sala de prensa no se sabe si a modo de princesa descarriada o en calidad de qué para escuchar todo lo que allí se decía y sobre todo se preguntaba.

Es una pena que un Consejo de Administración presidido por Lupe Murillo que había conseguido una credibilidad notable en el aspecto económico e incluso deportivo (la faceta social sigue coja y cada vez con más agujeros) esté perdiendo dicha credibilidad a chorros por consentir esta clase de actitudes a un personaje que ya en ocasiones anteriores había demostrado no estar a la altura de la institución para la que trabaja pero que ayer cubrió de oprobio e indignidad con su discurso a un club con más de 76 años de edad.

Ni invertir en un club cuatrocientos mil, setecientos mil, dos millones o cincuenta millones  de euros puede servir de excusa para tolerarle a este individuo lo que ayer dijo en Pasarón y una persona que no sabe exponer sus argumentos de otra manera y que se permite el lujo de despreciar a su propia gente por el mero hecho de criticar a su Jefa (por muy equivocados que él pueda creer que están) no debería seguir ni un minuto más al frente de un banquillo que hasta hace poco tenía un prestigio que en el último lustro se ha derramado por los suelos.

¿Quiénes serán los siguientes? ¿Otros del fondo Norte? ¿Los de sur? ¿Los de preferencia o Tribuna?
¿De verdad se cree Luis Míguez que es suficiente disculparse con la boca pequeña por la noche en su programa de cabecera y entre las risas cómplices de quienes le rodeaban?

 Con este ejercicio de patetismo y “peloteril” a más no poder (superó en ese sentido a los de aquellos entrenadores elevados al banquillo del Atlético de Madrid por Jesús Gil en su época más dura cuando ni siquiera soñaban con poder entrenar al Puerta Bonita) evitó el todavía (aunque nos pasme) entrenador del Pontevedra CF hablar de un nuevo ridículo de “su” equipo ante un mediocre Atlético B.
La primera parte fue lamentable y sólo el mejor remate de la temporada efectuado por Etxániz (eso sí, en su propia portería) provocó que se moviera el marcador. La segunda fue algo mejor (solo un poquito) y el mismo Etxániz tuvo una pelota a dos metros del arco rival para empujarla y fue incapaz de meterla dentro.
Tras el partido cuyo resultado final empuja un poco más al Pontevedra a Tercera llegó el verdadero espectáculo.
Ese que provoca que cada minuto que Luisito siga como entrenador del Pontevedra le haga mucho más pequeño y le cubra con una tupida capa de indignidad.     



3 comentarios:

  1. Curioso, los mas acérrimos defensores del teense gritaron "Lupe vete ya!" para no tener que criticar al entrenador directamente, eso conlleva la rueda de prensa incendiaria y fuerza la destitución del que pretendían defender...
    Aparte de todo el show, la presidenta demuestra muy poco encaje cuando la gente se gira al palco, si lo mantuviste con la dimisión en diferido lo lógico sería aguantar ahora.

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  2. Luisito, mira para lo que te ha servido ir de lameculos de Lupe, 48 horas después te larga tras poner a la afición en tu contra (al final va a ser verdad que el karma existe también en el fútbol)

    Al final a todo cerdo le llega su San Martín, quédate en Teo, que ya bastante ridículo has hecho estas últimas semanas

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  3. Y dentro de lo surrealista que han sido todos estos días estaría bien que el club explicara porque tarda un día en confirmar la noticia de la destitución de Luisito que ayer daban los medios, para la desinformación que hacen con las redes sociales casi mejor que cierren las cuentas, porque es de vergüenza

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