En realidad la película
se estrenó en España con el título “Atrapado en el tiempo”.
Como trama
principal de su argumento el otrora “cazafantasmas” Bil Murray se convierte en
meteorólogo de una cadena televisiva y acude a un pequeño pueblo de
Pennsylvania para cubrir el curioso comportamiento de una marmota que es capaz
de predecir cuánto tardará en llegar el final del invierno.
Una vez realizado el
trabajo en compañía de su equipo se ve obligado a pasar la noche en el pueblo
debido a una tormenta de nieve pero cuando por la mañana suena el despertador y
comienza la jornada se da cuenta que está viviendo de nuevo “el día de la
marmota” circunstancia que se repetirá en múltiples ocasiones.
Dejando al margen las
peripecias que a partir de ese momento vivirá Murray en esa película rodada en
1993, me gustaría llamar la atención de un fenómeno muy parecido que está
teniendo lugar en el panorama futbolístico de nuestra ciudad.
Y es que desde hace ya
demasiado tiempo cada vez que el Pontevedra CF disputa un partido fuera de su
estadio parece que el tiempo se difumina y no tenemos más remedio que asistir
“al partido de la marmota” cuyas circunstancias se repiten una y otra vez sin
que nadie pueda poner freno a tal pintoresco acontecimiento.
Así, en Cerceda, el
Pontevedra CF volvió a jugar un partido prácticamente idéntico a los que viene
protagonizando como visitante desde hace ya muchos meses.
Salida optimista con diez
o quince minutos tocando la pelota con bastante fluidez y algo de intención (aunque
sin profundidad) y progresiva desaparición posterior hasta que el partido
termina en el mejor de los casos entre bostezos con el empate sin goles o como
en la mayoría de ocasiones con el tradicional despiste defensivo que termina en
el gol del equipo local que acaba por llevarse los puntos ante la impotencia
granate a la hora de mostrarse fiable y consistente lejos de Pasarón.
No es por tanto este
fracaso continuo cada vez que cogemos la carretera algo propio y exclusivo de
esta temporada que de forma tan penosa hemos comenzado sino que es una losa que
venimos arrastrando desde hace tiempo y que arroja datos tan significativos
como el hecho de que nuestra última victoria a domicilio data del pasado día 5
de Marzo en Villaviciosa gracias a un gol en las postrimerías de aquel partido
logrado por Barco o el más sangrante todavía que indica que de las últimas 21
salidas ligueras se ha ganado únicamente en tres ocasiones.
Ayer el equipo volvió a
perder un partido en el que no mereció el castigo de la derrota pero en el que
tampoco hizo demasiados méritos ofensivos para acabar ganando. Una ocasión en
un balón parado en la primera mitad y una doble oportunidad en la misma jugada casi
al final cuando ya se perdía el choque no es bagaje suficiente como para salir
satisfechos de otro encuentro jugado contra un recién ascendido que supo que
saldría en 2ªB ya entrado el mes de Julio y que cuenta (como nosotros) con
muchas incorporaciones nuevas, lo que no fue óbice para que ellos sí planeasen
primero y ejecutasen después un diseño de partido que al fin a la postre acabó
por darles un afortunado triunfo.
Escuchamos después
argumentos ya repetidos que no van al fondo de la cuestión. Oímos que no se
mereció perder (es cierto, pero tampoco
ganar) o que el único que “propuso” algo fue el Pontevedra ante la racanería
del contrario.
En ese punto ya no
estoy tan de acuerdo.
Querer la pelota,
moverla y sobarla horizontalmente y sin hacer realmente daño al rival es una
propuesta, sí. Pero esperar atrás, no conceder apenas ocasiones y ser
conscientes de que el rival va terminar por equivocarse en algún lance en el
que se le podrá dar “matarile” también lo es y con las armas con las que cuenta
el equipo coruñés por mucho acuerdo de colaboración que tenga con el CD Lugo me
parece una opción inteligente sobre todo si enfrente está un equipo plano, sin
ideas ofensivas y propenso a mandar algún obsequio defensivo a su contrincante
a lo largo de los noventa minutos.
Por eso, siendo
preocupante (que lo es y mucho) haber caído derrotados en los tres partidos
jugados fuera contando el de Copa, es todavía mucho más peligroso el darnos
cuenta de que esto no es algo novedoso sino que se arrastra desde hace mucho
más tiempo y que catorce fichajes después no se ha logrado corregir esta
lamentable deriva como visitante.
La situación esta
temporada es a día de hoy más desesperanzadora (el Pontevedra es colista en
estos momentos de la tabla) debido a que el fortín de Pasarón ha saltado por
los aires a las primeras de cambio. La derrota ante el Rápido (debida sobre
todo como ya se dijo a nuestros propios errores) ha propiciado que nos veamos
últimos en la clasificación y sin poder aferrarnos a la tabla de salvación del
año pasado que no era otra que nuestra fenomenal y extraordinaria temporada en
casa.
Igual que hace siete
días el que esto escribe opinaba que no se podían hacer discursos
extremadamente derrotistas o alarmantes en la segunda jornada, tampoco tras la
tercera debemos sacar la conclusión de que “nos vamos de cabeza a tercera” o
que esta campaña ya no tiene solución.
Pero lo cierto es que
resulta frustrante ver al equipo fuera de casa jugar siempre “el partido de la
marmota” y de no variar ese rumbo (que sí es urgentísimo cambiar) sí podríamos
entrar en muchos problemas clasificatorios si en casa no convertimos Pasaron en
la fortaleza de la temporada pasada.
Supongo que los máximos
responsables de la entidad o no dirán nada esta semana o apelarán a la calma y
la tranquilidad como mejores lenitivos para la situación pero no deberían
olvidar los responsables de la gestión del club que sea cual sea la situación
económica de la institución el Pontevedra CF sigue siendo el Pontevedra CF y
las exigencias de este escudo y esta camiseta son extraordinariamente mayores
que las del Bouzas o el Cerceda y no estaría de más un toque de atención “a los de abajo” para tratar de reaccionar
ahora que aún estamos a tiempo y no tener que lamentarse después cuando quizá
el remedio no sea tan sencillo de encontrar.
El día de la marmota en el cesped se prolonga también a las ya consabidas disculpas made in Luisito en la sala de prensa: non lle podo pedir máis ós meus xogadores, cometimos fallos pero non chos vou decir, merecimos máis, o equipo contrario non propuso nada, non estamos na época do hai que roelo, a miña nai si que sufría,...
ResponderEliminarLo que mas me asusta de esta situación es, como tu apuntabas, que viene ya de largo y además que no parece que el resposable técnico considere que esta sea grave, es mas, no parece que la cifra de 3 victorias fuera en 21 partidos ni le preocupe ni le asuste.
Como dato positivo me quedo con el gran partido de Adrián León que fue el gran responsable de que no nos fueramos de O Roxo con algún gol en contra mas.