lunes, 18 de septiembre de 2017

Cuando regresar de vacío ya es una costumbre

No hay por desgracia demasiadas cosas que contar cada vez que el Pontevedra vuelve a la ciudad tras haber jugado un partido como visitante.
Resulta imposible no ser repetitivo al tratar de analizar la actualidad granate tras otro desplazamiento liguero a cualquiera de los campos de la categoría.

Sólo voy a ofrecer esta vez datos. 
Datos que ponen de manifiesto que los números desde hace mucho tiempo fuera de casa no se pueden calificar con otros adjetivos que no sean penosos, lamentables e incluso impropios de una entidad como el Pontevedra CF.
Sólo voy a retrotraerme al comienzo de la temporada pasada y a los partidos de Liga (podría hacerlo hasta la segunda vuelta de la 15/16 e incluir Copa del Rey pero no lo haré).

Desde que el Pontevedra compareció en Guijuelo el primer encuentro de Liga a domicilio en la temporada 16/17 hasta este último disputado y perdido en Fuenlabrada hace dos días, los granates han efectuado veintidós desplazamientos.

De esos veintidós encuentros sólo se han ganado tres, se han empatado seis y se han perdido trece. 

De las trece derrotas, en nueve no se consiguió marcar ni un solo gol. De los seis empates, en cuatro tampoco se logró hacer gol alguno. Es decir, de esos 22 partidos jugados, en la friolera de trece el Pontevedra acabó con su casillero de goles a favor a cero.

Además, en estos veintidós partidos sólo conseguimos hacer más de un gol en dos (Aranda 0-2 y Coruxo 2-2) y jamás hemos remontado un partido que hubiéramos empezado perdiendo. Tan solo llegamos al empate en dos ocasiones (el citado encuentro frente al Coruxo y en Boiro).

Son datos que ponen de manifiesto con claridad que las tres derrotas cosechadas en Liga en esta campaña 2017/18 no pueden considerarse al margen de la trayectoria anterior del club fuera de casa y que algo grave pasa cada vez que salimos a jugar por España adelante. 
Es verdad que en ocasiones jugamos contra equipos que a día de hoy exhiben más fuerza económica que nosotros y cuentan con muy buenos equipos. Sin ir más lejos, el Fuenlabrada estaría entre esos conjuntos.
Pero no podemos engañarnos, el Cerceda no está entre esas escuadras tan poderosas y tampoco varios de los equipos con los que nos estrellamos el año pasado en el que llegamos a perder en el campo de un Somozas ya desahuciado y que llevaba muchos partidos sin ganar a nadie.

Por todo esto, lo que me resulta especialmente alucinante es que no se encuentre ni en entrenador, ni en jugadores ni en dirigentes una explicación coherente a esta retahíla de fracasos "forasteros" y lo que es todavía peor no se atisba ni de lejos un propósito de cambiar algo, de jugar de forma diferente, de buscar fórmulas que consigan que dejemos de ser una inmensa vulgaridad lejos de Pasarón.

Cuando hablo de cambios no me refiero a un relevo en el banquillo. No es misión de este bloguero pedir cambios de técnicos ni nada por el estilo. Para eso ya existen unos responsables en la entidad que conocen mucho mejor la situación interna del club y que tienen la responsabilidad de dirigir la nave como ellos crean más conveniente.

Ahora bien, una cosa es esa y otra no poner de manifiesto que esta trayectoria tiene que cambiar de manera urgente y que no se puede seguir jugando el mismo partido todas las veces que salimos a jugar fuera de casa.
La Liga pasada (a pesar que desde este blog se repitió en varias ocasiones que fuera de casa no se estaba dando la talla) se disimularon los números como visitante debido a la extraordinaria campaña jugada en casa en la que se completó una primera vuelta en Pasarón de auténtico ensueño.
Luego, cuando la Liga se apretó y llegó la presión, nuestra casi nula capacidad de puntuar fuera nos obligó a no bajar el ritmo en nuestro campo y remontadas heroicas y emocionantes como la del Tudelano o ese partido tan estresante contra el Arandina resultaron decisivos para mantener a raya a la Ponferradina y cristalizar un indudable éxito de la entidad al clasificarse para el play off cuando pocos contaban con el Pontevedra al principio de Liga.

Pero que pasará esta temporada si el equipo no logra enderezar el rumbo en casa ? Vaya por delante que creo que sí vamos a corregir la deriva en Pasarón y buena prueba de ello la tenemos en el partido disputado frente al Toledo que no se ganó por una auténtica estupidez.

Ahora bien, si nos ponemos en un escenario en el que no seamos capaces de ganar casi todos los partidos que faltan en casa (lo que no es descartable pues rachas como la del año pasado no son habituales), seguir fracasando y fracasando continuamente fuera nos coloca en una situación no ya en la que estar arriba resulte una quimera sino incluso en la que salir hacia la mitad de la tabla constituya una labor tremendamente costosa y complicada.

Por desgracia, tras la derrota en Fuenlabrada se ha vuelto a hablar de postes, presupuestos y demás historias sin hablar de lo verdaderamente importante: fútbol. ¿Cuáles son las razones futbolísticas que nos llevan a cosechar tan lastimeros resultados fuera?  ¿Se conocen dichas razones? Si se conocen, ¿se va seguir igual o se va a tratar de poner en práctica soluciones para cambiar la dinámica?    

En este clima de preocupación evidente, con el peor inicio liguero en décadas y con el entrenador en una absurda, incomprensible y caprichosa "huelga de lengua caída" permitida increíblemente por el Consejo de Administración (quizá sea por que Luisito impidió la caída del club a Regional Preferente), llegará a Pontevedra el SS. de los Reyes.

La victoria ya es urgente. La necesita el equipo como el respirar y me temo que los madrileños no vendrán a Pontevedra a repartir obsequios ni flores de primavera.
Hará falta para ganar poner los cinco sentidos que eviten los calamitosos errores que tuvimos contra el Bouzas o el Toledo. 
La afición no fallará a pesar de la tele, la clasificación y otras historias. A poco que ofrezca el equipo la gente se entregará y se ilusionará como el día del Toledo.

Lo que no me gustaría nada en absoluto es que de conseguir los tres puntos a alguno se le escape la lengua otros días reprimida y empiece a pasar facturas o a repartir carnés de pontevedrismo.

No es descartable que se apague un incendio y minutos después comience otro más potente.

1 comentario:

  1. Mientras aquí Luisito se queja del entorno y la presión, acaban de destituir al entrenador del Alcoyano con nada mas y nada menos que 6 puntazos, que nosotros no los haremos, con suerte, hasta octubre, así que menos llorar y más analizar que es lo que pasa, que de la paciencia de la afición no puede quejarse.
    Ultimamente también está el sector periodístico indignado porque no concede entrevistas, ahí le doy la razón al de Teo, se cansaron de alabarle en las buenas y ahora se empiezan a apuntar al linchamiento en las malas.

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