jueves, 4 de mayo de 2017

Es nuestra hora

Todavía recuerdo la angustia de aquellos últimos minutos del partido de Mendizorroza. No había televisión en directo y los que no viajamos a Vitoria nos comíamos literalmente las uñas escuchando la radio sin que el dichoso pitido final acabase por llegar nunca.
Recuerdo esa temporada, la 09/10, como una campaña llena de altibajos en la que el Pontevedra CF se estaba jugando su última baza para acceder al denominado fútbol profesional y eludir el colapso económico que ya zarandeaba todos y cada uno de los cimientos de la entidad.

Estábamos casi fuera del play off pero una serie de carambolas nos dieron la oportunidad de meternos si ganábamos el último encuentro que iba a tener que jugarse en el feudo de nuestro gran rival para obtener esa clasificación, el Alavés. 
A la dificultad evidente de tener que jugárnosla a una carta en campo ajeno se añadía el hecho de que no valía empatar y la victoria resultaba imprescindible.
Y se llegó a esos últimos minutos con el 0-1 en el marcador logrado por Iban Espadas. 

En compañía de dos grandes amigos y sufridores granates vapuleé el aparato radiofónico ignorante de que el maldito cachivache no tenía culpa alguna de que el segundero de los relojes avanzase a velocidad de tortuga. Estallamos los tres de júbilo cuando por fin el choque llegó a su fin y brindamos por un triunfo bastante inesperado que nos colocaba en otra fase de ascenso a segunda división.
Luego vendría la preciosa y épica eliminatoria con el Oviedo y la polémica eliminación a manos del Alcorcón que truncó el enésimo sueño granate de de volver al sitio en el que no supo consolidarse en 2004 y en el que de haber hecho bien la cosas debía haber permanecido hasta el día de hoy.

Han pasado siete años desde aquello. 

Siete años muy duros tanto en el aspecto económico como el deportivo. Cuatro de ellos en Tercera obteniendo resultados en algunos casos sonrojantes y que ya quedarán en la historia negra del club y protagonizando, además, noticias estrambóticas en lo monetario que acabaron por agotar la paciencia de una parte de la masa social que se cansó de tanta incompetencia y maltrato a la institución.
Al cuarto año llegó el ascenso, peleado y luchado hasta el límite como todos, y la temporada pasada el retorno más que digno a una categoría en la que seguimos teniendo el dudoso honor de ser uno de los equipos de nuestro país que más veces ha militado en ella.

Y llegó esta temporada en la que la situación económica de la SAD todavía se resiente y mucho de los avatares vividos en el pasado reciente.
Tras un "pequeño lío" acerca de las aspiraciones reales del equipo parece que quedó más o menos claro desde el principio que el objetivo primordial era mejorar el noveno puesto de la Liga anterior para subir otro escalón más en la recuperación financiera del club que según nos dicen (ojalá sea cierto)  seguirá marcada por la sostenibilidad. 
Esta sostenibilidad implica que con calma pero sin pausa el Pontevedra seguirá dando pasitos hacia adelante en lo deportivo pero siempre sin comprometer el futuro de la entidad de forma que nunca más se repita el desesperante estado de salud de la misma que casi le cuesta la vida. 
Sea como fuere, el caso es que una primera vuelta sencillamente espectacular en casa y el rendimiento inferior al esperado de varios de los equipos llamados a competir con Cultural y Racing de Santander por los puestos de arriba llevaron al Pontevedra a los cuatro primeros puestos y ni siquiera unos resultados muy mediocres a domicilio ni una segunda vuelta con muchos menos puntos que la primera han conseguido descabalgarnos de la cuarta plaza.

Llegaron los partidos de Somozas y Coruxo en los que debimos asegurar el play off pero no supimos hacerlo por nuestros propios errores. 
Pero ese punto logrado en Boiro nos coloca en una situación que indudablemente habríamos firmado no hace demasiado tiempo: ganar en casa a un rival descendido y cristalizar nuestra clasificación para la fase.

A cuarenta y ocho horas del encuentro (desconozco si el hecho de jugar el Sábado se debe a otra absurda y perjudicial imposición de la TVG o a una decisión del club pero no parece razonable colocar el partido a la misma hora en la que Barcelona y Madrid se estarán jugando de nuevo la Liga de Primera) lo de atrás poco cuenta ya. 
Ni los errores contra Somozas, Boiro o Coruxo ni otras historias deben desviarnos a todos de lo único importante, la victoria ante el Arandina.

No debemos llevarnos a engaño. Este equipo vendrá a Pasarón a no perder ya sea por su propio interés o por cualquier otra razón pero no puede haber mayor motivación que la que deben tener los jugadores del Pontevedra CF para sacar adelante este partido y conseguir lo que muy pocos pensaban a finales de Agosto.

Los burgaleses jugará sus bazas y viendo sus números (segundo equipo más goleado pero undécimo mayor goleador) parece que cuentan con argumentos ofensivos para hacer daño a cualquier conjunto. 

Los tres goles que consiguieron hace menos de una semana ante el Celta B o los tres también que lograron nada menos que en el Reyno de León denotan que no podemos cometer despistes atrás pues se podrían pagar muy caros. En ese sentido, Carlos Portero es su máximo goleador con 14 tantos a pesar de ser más extremo o segundo punta que ariete pero su "9" más puro fichado en Diciembre y que lleva cinco dianas, Edgar (jugador de nuestro filial precísamente el año del Alavés) no vendrá por acumulación de amonestaciones.

Por contra, sus números en defensa son malos y es previsible que nos concedan oportunidades de gol suficientes para convertir alguna de ellas y poner el partido en franquía. 

El equipo (fácil es decirlo, es cierto) debe mostrar personalidad, saber manejar los tiempos y no caer en ese pánico vivido el día del Coruxo que acabó por costarnos el empate ante el desorden que no supimos arreglar una vez marcado el 1-0.

Estamos muy cerca de volver a meternos en un play off de ascenso a segunda división. No somos todavía ese equipo de la primera década del siglo que dentro ya de la fase aspiraba como el que más a abandonar la segunda B, eso está claro. 
Pero lo que también es verdad es que disputar esa fase de ascenso resulta precioso. Comprobar los clasificados de los otros grupos, vivir el sorteo, sentir el ambiente de los días previos al enfrentamiento de la primera eliminatoria...
Son sentimientos (hablo de fases de ascenso a Segunda) que llevábamos siete años sin experimentar y que ahora podemos volver a vivir si el Sábado el equipo (y detrás la grada) da lo mejor que tiene y sale al césped convencido de sus posibilidades.

Es hora de que la garra y entusiasmo de Bruno, Miguel o Kevin; la calidad de Abel, Bonilla, Mouriño o ese Iker Alegre que tanto ayudó al final en Barraña o el saber estar de los Edu, Trigo, Alex Fernández y el resto de miembros de esta plantilla que tanta ilusión nos ha inyectado, dirigidos todos ellos por el peculiar, conflictivo pero sin ninguna duda entregado a la causa Luisito Miguez, salgan al campo el Sábado y ganen este partido por ellos mismos y el trabajo que han venido realizando con dedicación desde pretemporada y por la gente que con ellos allí estaremos empujando, sufriendo, gritando y viviendo el Pontevedra CF con toda la intensidad del mundo.   

2 comentarios:

  1. Aunque solo fuera 1 eliminatoria, sería todo un premio a estos 7 años de travesía por el desierto.
    Creo que mucha gente no se da cuenta o no valora lo que es alcanzar el playoff solo 2 años después de recuperar la categoría. Ya de por si es una hazaña, y quien sabe cuando volveremos a vivirlo.
    Y una vez en el playoff, con todas las dudas que nos crea el rendimiento del equipo, no nos olvidemos que Pasarón no es un campo cualquiera de 2ª B y el que venga por aquí lo va a saber.

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  2. Hay que valorarlo bien, pero que nadie se engañe, si hemos llegado al play off ha sido en parte por demérito de nuestros rivales (especialmente la Ponferradina), en condiciones normales este equipo no acabaría cuarto ni de broma, pero ya que estamos hay que disfrutarlo

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