lunes, 23 de enero de 2017

Cabeza alta y el paso firme

No imaginaba que el partido se fuera a jugar de la forma en la que se hizo. 
Tanto Racing como Pontevedra enseñaron sus cartas sin tapujos y convirtieron el encuentro en un toma y daca tan entretenido como sorprendente en el que las llegadas a ambas áreas fueron constantes a lo largo de casi todo el encuentro.
El conjunto cántabro alineó de entrada a Cobo junto a Dani Aquino y reunió en la linea de mediocampo a jugadores tan ofensivos como Héber, Jara y Alvaro Peña. El Pontevedra CF, por su parte, no se amedrantó y aceptó el envite lanzado por los visitantes con tanta energía como convicción destacando en ataque un incansable David Añón que desbordó todo lo que pudo tanto por la izquierda como en el último tramo del partido en el que volvió a situarse en la derecha.

La consecuencia de todo ello es que la contención y la prudencia que reinaron, por ejemplo, en el choque frente a la Ponferradina saltaron por los aires desde el principio y fueron sustituidos por la osadía y la ambición ofensiva hasta colorear el partido de una vistosidad y un ritmo casi frenético que gustó mucho al público asistente al ex vetusto.

Hasta cuatro ocasiones claras disfrutó el Pontevedra en la primera mitad. A poco del comienzo Trigo envió una pelota cerca de la escuadra derecha de la portería rival; Añón disfrutó de dos opciones en las que a punto estuvo de conseguir el tanto y Mateu casi al filo del descanso se vio obstaculizado por su compañero Mouriño tras un centro notable de Bonilla que debió terminar en gol.
El Racing también tuvo las suyas, especialmente una de Aquino que remató de cabeza excesivamente picado en gran posición marchándose el esférico rozando el larguero de Edu tras botar con demasiada fuerza en el suelo.
Pero al margen de las oportunidades más claras disfrutadas por las dos escuadras, las llegadas a las zonas de peligro fueron cuantiosas y las acciones defensivas tanto por parte de granates como blanquiverdes meritorias.

Sí es cierto que en el balón parado el Racing de Santander transmitía peligro a través de lanzamientos muy precisos tanto en corner como en alguna falta lateral pero a trancas y barrancas el Pontevedra iba salvando esta situación del juego con la ayuda importante de Mateu que ayudó en varias ocasiones por arriba y que incluso salvó bajo la línea de gol un balón que ya se colaba en la opción más clara de gol del Racing en el primer tiempo además de la ya reseñada de Aquino.

Cuando la primera parte tocó a su fin no solo descansaron los veintidós jugadores del intenso esfuerzo realizado sino que también los espectadores resoplaron un poco contagiados de esa velocidad en el juego nada habitual en la 2ªB y que mostraba bien a las claras la fortaleza de los dos equipos contendientes.

Tras el descanso, Aquino pudo marcar nada más sacar de centro aprovechando esa "caraja" ya comentada en otras entradas de este blog que parece apoderarse del Pontevedra nada más volver de los vestuarios. Por fortuna, Edu pudo desviar a saque de esquina el lanzamiento del punta montañés que desaprovechó una ocasión muy clara para poner en ventaja a su equipo.

Después de esa jugada el Pontevedra volvió a aplomarse sobre el césped y a buscar el área contraria aprovechando la alegría del juego del rival. Volvieron a sucederse llegadas por ambos bandos y aunque el Pontevedra no disfrutó de opciones tan claras como en la primera mitad la sensación era de que el choque podía caer para cualquiera de los dos lados en el momento en el que alguien acertara a coger ventaja en el marcador.
Llegaron los cambios y Luisito mediado el segundo tiempo decidió sustituir a Abel y a un cansado Mouriño por los dos Alex, tanto Fernández como González.

En este punto es necesario recalcar que Adrián Mouriño protagonizó posiblemente sus mejores minutos de la temporada y por momentos se pareció por fin a ese gran Mouriño del que pudimos disfrutar el año pasado antes de esa dichosa e importante enfermedad que le aquejó. Esa fue una de las mejores noticias que dejó el partido junto a la aportación de Añon y en mi opinión la de la pareja de centrales que rayó a gran altura ante delanteros importantes y decisivos en esta categoría.

Y finalmente llegó ese minuto 75 en el que se produce un saque de esquina. El Pontevedra no es contundente a la hora de despejar, se producen diferentes toques de jugadores santanderinos y para culminar la jugada llega un golpeo afortunado de un rival que acaba por alojar en las mallas la pelota tras una parábola extraña.

El gol visitante cayó como un mazazo en el estadio de Pasarón pero no amilanó a un Pontevedra que siguió bregando con cabezonería en busca de un tanto que volviera a equilibrar la contienda. Luisito arriesgó como era lógico y sustituyó a un gran Bruno por Jacobo que no estuvo nada mal en los pocos minutos que quedaban por disputar y encontró a Añón en la derecha para crear inquietud en el Racing.
Alex González tuvo una buena ocasión en la que eligió mal y disparó cuando lo que procedía era pasar atrás el balón y Mateu remató muy flojo otra interesante opción en área rival.

Y como el Pontevedra murió matando, es decir, volcado sobre el área cántabra, sobre la hora surgió una jugada en la que Mateu al rematar de cabeza en gran posición pareció  ser desequilibrado un poco por un defensa visitante. El árbitro no consideró la acción como punible y el partido terminó con ese doloroso 0-1 que echaba a bajo la condición de invicto del Pontevedra CF en casa. 

Una derrota nunca es positiva y siempre traslada disgusto al equipo y a la afición que la sufre. Pero dentro del golpe que conlleva perder por vez primera en Pasarón y dejar de sumar puntos tan importantes como los que ayer estaban en disputa, no se puede obviar que la imagen ofrecida por el Pontevedra CF ha sido muy buena.

El equipo no se arrugó en ningún momento y no le perdió la cara al partido jamás. Demostró que con concentración y trabajo puede competir contra cualquiera y que la posición que ocupa en la tabla es merecida y en ningún caso producto de errores ajenos.

Tampoco podemos engañarnos. Si la baja de Iker Alegre en Septiembre fue un palo de los gordos que el equipo ha sabido "disimular" de manera admirable, la sufrida hace quince días en la persona de Mario Barco es especialmente preocupante y desalentadora.

Como ya he escrito en otras ocasiones me gusta Mateu y creo que ahí hay jugador pero en estos días que quedan para el final del mercado de invierno y dada la baja de Gonzalo (al que este bloguero le desea todo lo mejor) el club debe intentar incorporar a alguien en ataque. 
No contamos con el potencial de Racing, Ponferradina, Celta B y algún otro equipo para nutrir nuestras filas de calidad y gol pero bajo esa premisa ineludible de no desequilibrar peligrosamente nuestras cuentas resulta necesaria la suma de esa pieza que ayude a dotar al conjunto de más opciones ofensivas.
Que nadie se engañe. No vendrá nadie con las posibilidades y la categoría de Barco pero cualquier ayuda es poca en este tramo de la temporada en el que estamos sin el "pichichi"para no caernos de una posición a la que hemos llegado a base de trabajo y dedicación. 


         

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