lunes, 28 de noviembre de 2016

BARCO A LA VISTA!!!

Confieso que cuando Cubas rebañó esa pelota desde el suelo aprovechándose de la irritante pasividad defensiva granate para hacer el 2-1 vi el partido perdido.
La fragilidad colectiva a la hora de defender había marcado de nuevo el encuentro para el Pontevedra CF y no confiaba en que en los veinte minutos restantes pudiera arreglarse el desaguisado.
Por ello, cuando Mario Barco enganchó de manera precisa y fulminante ese balón enviado desde la banda izquierda celebré el tanto con especial intensidad pues la desesperante realidad de una nueva derrota foránea parecía difuminarse.

Antes de esos dos goles en cinco minutos, el partido había comenzado con otra novedad en la variedad de esquemas de juego que Luisito suele presentar a lo largo de una temporada. El Pontevedra apareció en Coruxo con defensa de cuatro, tres centrocampistas (Presa en el medio, Alex Fernández algo volcado a la izquierda y Abel a la derecha) y tres hombres más adelantados intentando permutar sus posiciones pero situándose cuando no se tenía el balón con Añón en el centro del ataque,Barco más la izquierda y Mateu a la derecha.

Así las cosas, el Coruxo empezó el partido mejor y castigó a los granates sobre todo por la banda izquierda desde la que Pibe actuando a pié cambiado sembraba el peligro para la portería de Edu. 

Así llegaron las dos mejores ocasiones de gol de los vigueses.   
Control del ex granate desde la derecha y centros diabólicos al segundo palo para ganar la espalda de Miguel. En las dos ocasiones (la segunda anulada por un fuera de juego inexistente) la pelota no entró en la meta pontevedresa de auténtico milagro.
Por su parte, el Pontevedra no lograba encontrar su sitio ni hilvanar dos pases seguidos en la zona ancha que pudieran permitir la llegada con peligro de nuestros jugadores. 
Sin embargo, poco antes de la media hora, por fin se lograba elaborar una acción de mérito y Barco recibía un buen balón en profundidad para rematar en buena posición una pelota que se fue fuera por muy poco.
Pareció despertar el Pontevedra con esa acción y poco después una dejada preciosa de Barco de primeras a Añón deja solo a este delante del portero y con calma el ex del Somozas le bate con calidad para hacer el 0-1.

Con esa ventaja en el marcador el Pontevedra decidió adoptar un cambio en el sistema y pasó a as situarse con un rombo en medio campo siendo Añón el enganche con los puntas y Presa el sostén de dicho dibujo.
Pero ni ese cambio ni  el gol a favor dotaron al equipo de la consistencia suficiente para controlar el partido con o sin la pelota y la sensación de inquietud siguió rondando el área granate hasta que en el 44 la enésima superioridad del rival en banda derecha acabó con un pase en profundidad a Yosu que casi en línea de fondo manda un esférico que sorprende a un Edu que había dejado inexplicablemente libre su primer palo.
Ese gol impedía al Pontevedra marcharse al descanso arriba en el marcador y dotaba de confianza a un Coruxo que veía equilibrada la balanza en un momento clave del partido.

No salió mal el Pontevedra tras el descanso y prueba de ello fueron las dos buenas ocasiones de las que se dispuso para volver a cobrar ventaja. En una de ellas Barco conectó un derechazo desde dentro del área mandando el cuero por encima del larguero y en otra tras varios rechaces Alex Fernández envió un balón con muy mala intención que golpeó en la pierna de Campillo cuando llevaba clara dirección a gol.
Lusito también reaccionaba desde el banco y sacaba del campo a un desafortunado y desubicado Abel por Alex González.
De esa forma, el Pontevedra seguiría en ese 4-4-2 pero de forma más racional. A Presa se le unía en medio campo Alex Fernández, el otro Alex se movería por la izquierda y Añón pasaba a banda derecha.
Fueron minutos, los siguientes a ese cambio y a las dos ocasiones citadas, en los que el Pontevedra no lograba volver a llegar con peligro pero tampoco sufría casi nada en defensa.
Pero con el paso de la segunda mitad, el Coruxo pareció volver a coger brío y comerle terreno a los granates haciendo que el campo se inclinase un poco más hacia el área de Edu.
En esos instantes llegó una eléctrica jugada de Cubas que dejó a Trigo con un palmo de narices y casi sin ángulo envió una pelota al larguero.

Luisito se dio cuenta de que el Pontevedra perdía fuelle y a mi juicio con acierto decide reforzar la zona ancha con Mouriño a costa de Mateu pero precísamente en la siguiente jugada llegaría el 2-1.
Es una jugada dificilmente explicable. Primero por la facilidad de Cubas a la hora de coger la espalda a la defensa aprovechando un balón profundo de un compañero apenas marcado. Pero después tampoco es fácil explicar la tardanza de los tres defensas que rodeaban al ex granate una vez este fue al suelo por la entrada de Loureiro. Los jugadores pontevedreses se quedaron parados esperando la señalización de la falta al borde del área y se limitaron a observar como desde el suelo el pequeño delantero verde se revolvía para marcar el gol casi a puerta vacía.

Son errores de difícil digestión y que suelen costar puntos. Si el Sábado no fue así obedeció al golazo ya mencionado de Barco que convirtió un balón aceptable en maravilloso al conectar un zurdazo que hizo inútil la estirada del portero rival. Un minuto antes Capi, también había podido igualar pero su lanzamiento desde el corazón del área se marchó por encima del larguero.

Ese gol rescató al Pontevedra del hoyo en el que había vuelto a introducirse y en el que hubo riesgo de volver a caer tras la rigurosa expulsión por doble amarilla de Capi a falta de diez minutos para el final. Por suerte, un minuto después Alex González en una acción de pillo conseguía "sacarle" la segunda amarilla a Pibe y ambos equipos volvieron a jugar con los mismos peones sobre el césped.
Bruno salió al campo nada más verse expulsado Capi en sustitución de Añon y la verdad es que diez para diez el Pontevedra se sintió  mejor y apretó más al Coruxo en busca de un hipotético tercer tanto que proporcionara la victoria.
Se forzaron un par de faltas laterales y otros tantos corners pero la defensa local supo rechazar el peligro que indudablemente el Pontevedra atesora en el juego aéreo.

Al final este reparto de puntos deja sensaciones contradictorias.
Una vez puestos en ventaja en el marcador cuando el Coruxo empata a un gol esa sensación es de cabreo y cierta preocupación por la inconsistencia mostrada en defensa. Esos sentimientos se agudizaron, como es lógico, al recibir ese segundo gol que parecía condenarnos a la derrota de tal forma que cuando Barco oteó tierra y marcó el golazo del empate ese punto ya se veía de otra manera.  

El empate mantiene las distancias con la Ponferradina que volvió a demostrar ante el Lealtad sus problemas para hacer gol aunque acerca a un lanzado y sorprendente Valladolid B que se coloca a dos puntos.

El Domingo viene el Boiro. Lo hará golpeado por la goleada sufrida en Barraña ante el Celta B y con la tradicional motivación con la que suele visitar nuestra ciudad.
Más nos valdría tratar de recuperar la sobriedad defensiva que el equipo exhibía hasta el partido disputado en León. 
Tenemos gol y eso es indudable pero no siempre podrán remontarse resultados adversos y menos si estos son por más de un tanto.
Urge pues recuperar esa seriedad que provocaba que tras la Cultural fuéramos el segundo equipo menos goleado antes de jugar contra ellos y el Domingo es una buena prueba de toque para comprobar si  se han hecho progresos en ese sentido.


  
     

lunes, 21 de noviembre de 2016

El mapa del caos

Acabo de terminar una trilogía muy original cuya temática nos introduce de lleno en un mundo de aventuras y de ciencia ficción. 
En realidad, hablar de un sólo mundo no describiría acertadamente estos tres libros escritos por Félix.J.Palma. 
Y no lo haría pues este escritor juega en estas novelas con los saltos en el tiempo y en el espacio de tal forma que al final nos encontramos con la posibilidad de que existan infinitos universos en muchos de los cuales habiten "realidades" muy parecidas entre sí con diferencias casi anecdóticas y en otros esas "realidades" sean bastante dispares y nada coincidentes con el entorno al que estamos acostumbrados. En el último tomo, titulado El mapa del caos, tal situación amenaza con estallar y los protagonistas se las verán y desearán para arreglar tal desaguisado "multiversal"  

Después de presenciar el encuentro de ayer fácilmente se podría llegar a la conclusión que una pirueta espacio-temporal perteneciente a la trilogía citada hubiera tenido a bien materializarse en el Estado Municipal de Pasarón. Dicha pirueta habría conseguido que en el mismo sitio y a la misma hora hubieran coincidido sobre la hierba de nuestro campo los Reyes Magos, Papá Noel y hasta el simpático y escurridizo ratoncito Pérez.
No es sencillo explicar como se pueden conceder por los dos equipos tantos regalos defensivos y tanta "generosidad" para con el rival hasta convertir el encuentro en una especie de ruleta rusa controlada finalmente por el Pontevedra en los minutos finales al conseguir el 4-2.

Un Pontevedra CF que calcaba de inicio el mismo sistema que había plasmado con éxito el día del enfrentamiento contra el Palencia. Se volvía a los tres centrales con los dos laterales a la altura de medio campo en el que evolucionaban Abel y Trigo. Jacobo aparecía como solitario media punta y Añón y Barco oficiaban como delanteros natos.

Pero tienen razón los técnicos (y entre ellos nuestro temperamental Luisito) cuando afirman que por encima de los sistemas y la disposición táctica está la actitud de los jugadores y la forma en la que estos se conectan con el partido.
Y esa conexión futbolística de los granates ayer brilló por su ausencia durante casi todo el partido.
Especialmente grave fue la actuación defensiva de los nuestros en el primer cuarto de hora de juego. Al primer minuto un balón largo enviado por un rival sin presionar supera con total facilidad a los centrales granates y deja solo a Arkaitz (que había arrancado de su propio campo)  ante un Edu que no pudo evitar ser batido en el uno contra uno.
Desde el banquillo se apreció como Luisito recriminaba al portero no haber estado más adelantado en la jugada para achicar espacios y evitar la progresión del ariete rival pero lo cierto es que la pelota le "cayó" al delantero del Somozas muy cerca de sus botas y pudo conducir durante bastantes metros por lo que no parece que Edu pudiera haber llegado en ningún caso. Quizá si los centrales hubieran leído mejor la jugada y reculado unos metros justo antes del balón aéreo sí se podría haber evitado esta acción tan sencilla en su ejecución y que ayer costó el 0-1.

A diferencia del día de Osasuna B en el que el Pontevedra se rehízo de otro gol tempranero y pasó controlar el partido casi completamente, ayer no pasó ni mucho menos lo mismo.
No es que el equipo no llegara en ataque pues sí lo hacía al aprovechar las facilidades enormes que el rival daba para llegar por banda y colocar innumerables centros pero lo grave estaba atrás. El equipo estaba  inseguro y ni siquiera Capi (habitualmente sereno y experto) lograba tranquilizar a una retaguardia en la que cada pelota al espacio provocaba el pánico para el conjunto local.

Y para aumentar el desconcierto llegó un saque de esquina antes del primer cuarto de hora. Iván Pérez (que sigue manteniendo un toque extraordinario en el balón parado) bota el cuero y ni Edu ni Trigo aciertan a hacer bien su trabajo y permiten que Baleato remate sin oposición de cabeza para hacer un 0-2 que ponía más sorpresa todavía en el marcador.

A esas alturas los Reyes Magos, el "gordito" escandinavo y el entrañable roedor ya habían vaciado la mitad de sus bolsas de regalos pero sólo la mitad pues todavía quedaban presentes por repartir en abundancia.

Tras ese 0-2 presidido por otra de esas broncas monumentales de Luisito y acompañado por la contundente "sacada" de cazadora por parte del peculiar técnico teense, Mateu empezó a hacer ejercicios de calentamiento para una inminente salida al césped.

El Pontevedra seguía llegando con asiduidad al área rival y ya sea por tal circunstancia o por la confianza tremenda que este equipo desprende cuando juega en casa lo cierto es que el que esto escribe no acabó por ver perdido el partido en ningún momento. Y eso que los peores minutos llegaron tras ese 0-2 y arrancaron los primeros silbidos (no demasiado fuertes, eso sí) de la temporada.

Pero he aquí que alrededor del minuto 25 el sistema defensivo verdiblanco vuelve a mostrar falta de concentración y Trigo se encuentra con todo el tiempo del mundo para poner una pelota al área que es cabeceada con acierto y sin oposición por Abel Suárez para recortar distancias.
En la jugada previa al gol ya estaba Mateu dispuesto a salir al campo y la duda estribaba en saber si Luisito mantendría la idea de la sustitución o el primer gol le detendría. La respuesta llegó con la habitual energía y vehemencia que utiliza el técnico granate. Ante la interrogadora  (y algo temerosa por que no decirlo) mirada de "Secre", Luisito se abalanza sobre la línea de banda y reclama al assitente con inusitada urgencia el primer cambio de su equipo. (No lo haremos ahora pero la verdad es que la singular relación que guardan durante los partidos entrenador y delegado valdría para dedicarle una sola columna).

Entraba pues Mateu al terreno de juego y salía del mismo Capi. Este cambio propiciaba así mismo un cambio de sistema. Se pasaba a defensa de cuatro pero con Trigo al lado de Bruno. Kevin adelantaba su ubicación al mediocentro junto a Abel; Jacobo se iría a la izquierda, Añón a la derecha y Mateu a "picar piedra"arriba con Barco.

Pero la reacción granate a punto estuvo de irse a pique nada más hacer el 1-2 y producirse el cambio pues Bruno protagonizaba otro error de bulto al no interceptar un balón fácil que dejaba a otro atacante coruñés delante de Edu en posición pintiparada para volver a poner tierra de por medio. Pero he aquí que en ese instante apareció el de Tuy que en magistral intervención rechazó con una gran estirada el lanzamiento rival.

Tras el susto morrocotudo el Pontevedra siguió a lo suyo, es decir, nervioso atrás y punzante arriba. El cambio no pudo ser más acertado pues si el Somozas dejaba (o no acertaba a evitar) que el Pontevedra explotara sus bandas y asediase a base de centros la portería contraria la presencia de Mateu resultaba casi obligatoria.

Y así fue. Pasado el minuto cuarenta y después de que Jacobo ya hubiera rozado el empate con anterioridad, Añón vuelve a tener todo el tiempo del mundo para controlar desde la derecha, ver el panorama, respirar un poquito y sacar un centro que peina Barco en el primer palo y machaca Mateu desde el segundo en posición algo dudosa.

De Mateu me gustaría hablar un poco más en este momento. Confieso que cuando me enteré de su fichaje ya casi al final del plazo desconfié un poco de la operación. 
Guapo, alto, piel bronceada, "tirón erótico", vendrá aquí a correrse alguna juerga y volver a Mallorca en busca del solete mediterráneo -pensé mientras cerraba el periódico en el que se anunciaba su incorporación.. 
Mis primeras dudas sobre tan injusta opinión sobre él ya me asaltaron al coincidir en una tertulia radiofónica. Me pareció centrado, bastante cabal y sobre todo interesado en conocer datos que los que compartíamos micrófono le ofrecíamos sobre el presente y el pasado de la entidad. 
Pero esas absurdas dudas se despejaron totalmente al verle evolucionar sobre el césped. No, no se trata de que hayamos fichado a Luis Suárez o a Diego Costa pero sí de que este jugador se ha mostrado desde el primer instante completamente integrado en el equipo, pelea y lucha como el que más y aprovecha los minutos que le da su técnico para marcar goles que a la postre dan puntos. Sobre esto último, el empate a dos de ayer que resultó clave es buena prueba y sobre lo primero la jugada del 4-2 deja bien a las claras que este tipo ha venido aquí a hacerse un hueco y seguir progresando  en el mundo del fútbol. 
Y como este atribulado bloguero se equivoca muchas veces pero también le gusta reconocer a aquellos que se dejan la piel por sus colores, bueno es escribir que me encanta el trabajo que Mateu hace para el equipo. 

Se había conseguido empatar un 0-2 antes del descanso y hacerlo además sin tener el control real del partido y sufriendo mucho más de la cuenta en defensa. Pero lo cierto es que incluso pudimos marcharnos al vestuario por delante en una falta botada por Bonilla y sobre todo en un remate de Bruno que se estrelló en un poste de la portería contraria.

Si alguien se pregunta por el estado de las bolsas de nuestros protagonistas venidos a través del tiempo les diré que todavía a esas alturas quedaban algunas cajas empapeladas en el interior de aquellas.

Quien más quien menos pensaba que en el vestuario se hablaría y se corregirían errores respecto a la concentración defensiva y la autoridad a mostrar en el partido pero lo cierto es que si se habló (que supongo que sí) las conversaciones mantenidas no dieron sus frutos.

Y de ello nos pudimos dar cuenta muy pronto. En el segundo minuto de la segunda parte un nuevo balón largo (esta vez a ras de suelo) hacia Arkaitz algo escorado en banda propicia que este se marche con pasmosa facilidad de Bruno y entregue un balón de gol a un compañero que corría por el centro sin oposición y que casi a la altura del punto de penalti tuvo a bien golpear con excesiva mansedumbre al centro de la portería para encontrar las manos de Edu.

Seguían viniendo curvas, por tanto, aunque a raíz de esa ocasión del Somozas llegaron en mi opinión los mejores minutos del Pontevedra. Fueron aproximadamente veinte y duraron hasta el 65 de partido. En ellos el Pontevedra si se movió con algo más de sentido, logró el tercer tanto que culminaba la remontada y no fue inquietado por el equipo visitante. Ese tercer gol llegó tras jugada por la izquierda que desembocó en un pase a la frontal hacia Abel que filtra un buen pase al corazón de la zona de castigo para que un Barco de espaldas fuese medio agarrado por nuestro conocido Pablo y el balón llegase en el segundo palo hasta Añon que entraba en carrera rematase al fondo de las mallas un balón que antes rebotó en el portero del Somozas.

Incluso el propio Añón tuvo otra oportunidad tras una jugada en la que pudieron verse las virtudes de nuestras puntas. En esa jugada tanto Barco como Mateu tocaron de primeras y de espaldas para dejar sólo al pequeño atacante granate que envió a las nubes el balón con la izquierda.  

Pero he aquí que mediada la segunda parte llegaba el momento de vaciar por completo las bolsas de los "espectadores de excepción".
Antes un cambio. Jacobo dejaba su puesto a Alex Fernández. Esa variación provocó que Alex formara junto a Kevin y Abel por el centro y fuese Mateu quien cambiara su posición hacia banda izquierda.

Pero lo cierto es que en ese tramo del partido el Pontevedra volvió a perder el control por completo y si no se vio reflejada esta situación en el marcador fue por un lado por la falta de acierto del equipo de "Ferrol terra" y por otro por ese halo de infabilidad que mantiene esta temporada en los partidos de casa que propicia que se haya llegado hasta la fenomenal cifra de ocho partidos ganados en otros tantos disputados.
Fueron momentos del partido en lo que Bruno volvía a ser superado, Trigo demostraba que el rendimiento que ofrece en el mediocampo no lo está dando de central y en los que el rival conseguía superioridades continuas e inexplicables en banda y en la zona de tres cuartas partes del campo. No logró paliar esta estado de cosas el último cambio mediante le cual Mouriño pasaba a ocupar la ubicación de Abe. Súarez.

La más clara la tuvieron en una jugada en la que Kevin salvó bajo la línea de gol un lanzamiento con Edu batido y en ese mismo rechace el mismo jugador rival mandó fuera un balón que parecía más fácil meterlo dentro. Llegaron también los dos goles anulados (bien anulados) uno por clara mano del atacante en un salto previo al lanzamiento de gol y otro por un fuera de juego sin discusión posible.

Pero la sensación era de desbarajuste total y de que la cosa podía acabar con sabor amargo.  Pero en estas se llegó al minuto 87 y en un balón sin aparente peligro un defensa cede de manera demasiado relajada un balón a su portero. Mateu aprecia tal circunstancia corre tras esa pelota y fuerza al guardameta a realizar un despeje apurado que rebota en las piernas del balear y se le queda a placer a Barco para sentenciar el choque en el mismo instante en que el rey Baltasar dejaba su último regalo en el imaginario árbol sito en los aledaños de Pasarón.

Remontada vital, por tanto, la que el Pontevedra CF pudo cristalizar ayer en un mal partido. Vital para mantener la impoluta racha en casa y también por consolidar nuestra clasificación en un momento en que las diferencias entre los cinco o seis primeros se están poco a poco ensanchando.

Pero tiene razón Luisito (y cuando la tiene hay que dársela) ayer se ganó pero no se hizo un partido para ganar. Quizá un equipo con más confianza que el Somozas nos hubiera aplastado ante tantas facilidades y eso es algo que no nos podemos permitir. Espero que hayamos aprendido la lección y que la próxima vez que juguemos en casa volvamos a dar esa imagen autoritaria que hasta ahora era casi lo habitual.

Entremedias llega un nuevo desplazamiento y supongo que otra sesión de sufrimiento a tenor del rendimiento que estamos ofreciendo fuera.
Lo sabemos todos pero hay que decirlo ganar nos dispararía aun más en la tabla y conseguiríamos nueve puntos de margen con el equipo de O Vao que ahora es séptimo en la clasificación.

Pero para llegar a ese resultado hay que realizar un partido serio y riguroso ante los de Rafa Sáez. 

El Sábado veremos que Pontevedra CF aparece ante el Coruxo y si de una vez por todas mejoramos fuera y nos hacemos acreedores a unos puntos que nos vendrían de perlas para llenar nuestro capazo ahora que llega el invierno con su viento y frío habituales.       
  

   

lunes, 7 de noviembre de 2016

Coraje, alegría y alguna dosis de prestigio

La estadística principal y la que aparecerá en todos los medios de comunicación será aquella en la que se refleje que de 21 puntos disputados en el Estadio Municipal de Pasarón se han conquistado los 21.
Es esta una circunstancia llamativa por lo complicada y que por sí sola deja bien a las claras la fortaleza y rotundidad que el Pontevedra CF está exhibiendo esta temporada en casa.

Pero si se profundiza un poco más en los números arrojados por esos siete partidos comprobaremos además que esa fortaleza como local no es fruto ni de la casualidad ni del componente azaroso que siempre acarrea un deporte de equipo.
En estos siete primeros enfrentamientos en Pasarón, el equipo granate ha conseguido marcar 16 goles y lo que es más importante tan solo encajar 2, uno de ellos de penalti.

El Pontevedra fue claramente superior al Mutilvera, Izarra, Osasuna B y Palencia. Disputó un choque igualado con el Racing de Ferrol y sólo fue "perdonado" por el Lealtad que marró sus ocasiones y acabó siendo arrollado por nuestro equipo el día que celebrábamos el 75 aniversario.

El séptimo partido es el de ayer.

Llegaba la Ponferradina en franca recuperación desde la contratación de Munitis y todos sabíamos que el partido iba a resultar harto difícil.
Y esa dificultad se vislumbró desde el primer minuto de juego al hacerse evidente el respeto mutuo entre ambos conjuntos y desarrollarse el partido por unos derroteros de lucha continua, mucha pelota dividida y escasas alegrías ofensivas.
Tan cerrado y trabado transcurría el tema que casi todo el mundo era consciente que cometer un error grave podría resultar decisivo para el desenlace final.

Ante esa tesitura, el Pontevedra se mostró firme en defensa y sólo un desajuste en los primeros minutos por banda derecha en la que no llegó una ayuda de Alex González causó algo de inquietud en área granate solventada por un acertado despeje en el centro posterior.
Es cierto que Bruno cometió algún error en esa primera mitad (especialmente un despeje fallido hacia atrás que él mismo corrigió con una veloz carrera y un cruce acertado antes de que un jugador berciano rematara a portería) pero luego se fue creciendo y soltando nervios hasta completar un señor partido en el centro de la defensa junto a un Portela que también rayó a gran altura.

Aquí me gustaría hacer un inciso pues en varios artículos anteriores manifesté mi preocupación por la defensa granate y por la importancia que a mi juicio seguía teniendo Capi para mantener la seguridad atrás.
Sin embargo, en estos dos últimos encuentros como locales (a pesar de que el gol de Osasuna B viene por una dejada de cabeza evitable) tanto Bruno como Portela han dado un paso adelante y concretamente ayer controlaron su parcela con solvencia y seguridad ante un equipo de los grandes del grupo como sin duda es la SD.Ponferradina.

A esta gran actuación defensiva global del equipo se une también otro hombre sobre el que mostré mis dudas a principios de temporada. Hablo de Miguel Loureiro. Desde los primeros partidos demostró que en la labor ofensiva desde su lateral podía aportar buenas cosas pero no me acababa de fiar de su tarea más importante, la defensiva. Pues bien, a medida que avanza la competición este hombre va creciendo con el equipo y además de demostrar una capacidad física importante cada vez va cumpliendo de forma aseada con su labor de retaguardia. Ojalá tanto él como los dos centrales citados sigan con esta progresión.

Y sería importante que esa progresión siguiera (sobre todo la de los centrales) pues partido a partido vamos descubriendo a un Jacobo Trigo más importante en la zona medular del campo.

Lleva ya varios partidos jugando ahí y si bien su presencia en esa ubicación resta algo de velocidad y precisión al equipo en el juego combinativo (aunque ayer movió bastante bien la pelota el vigués) lo cierto es que dota al conjunto de mucha presencia, fuerza física y saber estar. Además, está demostrando una llegada al área contraria sorprendente que le viene muy bien al equipo. 
No olvidemos que la jugada del segundo tanto frente al filial osasunista llega por un centro de Trigo desde el lateral derecho del área contraria y ayer apareció otra vez en ataque dos veces con mucho peligro. 
La primera en los primeros 45 minutos de juego disparando y obligando al portero rival a despejar el balón y la segunda minutos después del 1-0  para rematar con precisión a la red un buen centro.A pesar de estar habilitado su gol fue anulado por fuera de juego.

Como ya se ha dicho fue esa una primera parte muy espesa en la que junto a esa acción de Trigo el Pontevedra se acercó otras dos veces con posibilidades de gol a la meta contraria. En una de ellas Jacobo envió excesivamente cruzado un buen lanzamiento y en otra Alex González (que volvió a jugar por banda derecha hasta la salida de Añón al césped) ejecutó un disparo lejano que se fue por encima del larguero.  

Por parte berciana sólo Chavero daba indicios de querer hacer daño e incluso una jugada suya propició una falta en zona "caliente"que acarreó tarjeta amarilla para Portela que se lanzó sin consecuencias.

Pero he aquí que ese error que no terminó de aparecer en los primeros 45 minutos tardó sólo un minuto en producirse en la segunda.
En una jugada llevada por el Pontevedra en banda derecha un centro no muy prometedor es rematado por Mario Barco de cabeza y rechazado por el brazo de un central berciano que lo había extendido en posición poco natural.
El árbitro no lo dudó y Bonilla tampoco lo hizo a la hora de conectar un potente zurdazo que haría inútil la estirada de Dinu. 

Nada más iniciada la segunda parte nos habíamos puesto por delante y ahora quedaba cumplir con el resto del plan, seguir mostrándose serios y seguros para acabar por rematar el encuentro.

Y la verdad es que el Pontevedra lo hizo muy bien. A partir del gol cada falta a nuestro favor, cada saque de banda o de portería era hábilmente utilizado para ralentizar el ritmo del partido y hacer pensar a un rival cada vez con más prisas.

Es cierto que en esa fase del choque emergió otra vez Chavero para protagonizar varias conducciones verticales plenas de calidad y peligro creando los únicos desequilibrios en la acertada estructura defensiva granate. Pero esta situación también fue controlada felizmente por el Pontevedra que acabó por aburrir al hábil centrocampista berciano que fue de lo mejor que ayer enseñó el cuadro dirigido por Pedro Munitis.

Además de sostener sin demasiados apuros a su rival, el Pontevedra se estiraba con peligro en las contras y pudo encontrar la sentencia en esa jugada de Trigo que fue anulada cuando su posición parecía estar en línea con el penúltimo defensor visitante, Con el paso de los minutos, Luisito gestionó bien las sustituciones sacando del campo a Jacobo que ayer estuvo bien y a Mouriño cuando sus fuerzas empezaban a escasear por Añón y Alex Fernández. Este último sacó a relucir su oficio provocando algunas faltas en medio campo que desesperaban al rival y daban preciado oxígeno a los nuestros.
Poco antes del 2-0 llegó una jugada de Menudo por la derecha cuyo centro fue rematado a gol por un compañero. La jugada fue anulada por indicar el árbitro que la pelota había salido por línea de fondo. Tan cierto es que no se había producido tal circunstancia como que Edu Sousa se desentendió de la jugada una vez sonó el pitido del colegiado por lo que hablar de gol anulado resulta un tanto excesivo. 

Y llegó finalmente ese 2-0. Y lo hizo tras un remate de cabeza (otro más) de Barco al saque de una falta. Ayer el jugador propiedad del CD. Lugo volvió a dejarse la piel con la defensa visitante (defensa bien poblada pues casi todo el partido la Deportiva jugó con tres centrales). Peleó, luchó y encontró el premio a esa dedicación con ese segundo gol que cerraba el encuentro y que ponía el broche de oro a otra gran actuación del jugador riojano.  

En el 88 y medio llegaba la única vez en la que Edu tuvo que intervenir al "sacar" a corner un lanzamiento flojo de un rival que se envenenó tras rozar en un defensor granate. 
Esta ausencia de trabajo del Edu pone bien de manifiesto el gran partido defensivo de todo el conjunto granate que pudo todavía hacer el tercero si Añón no hubiese mandado por encima del larguero una pelota enviada magistralmente otra vez por Mario Barco.

Y llegaba el final del partido y con ese final la gran ovación con la que la afición granate agradecía el esfuerzo de sus jugadores sobre el terreno de juego.

El Pontevedra CF había sido capaz en primera instancia de mostrarse sobrio y no decaer en el cerrado partido del primer tiempo.Luego supo aprovechar el error rival para ponerse en ventaja y finalmente completar su trabajo con la seriedad suficiente y necesaria para no complicarse la vida e incluso sentenciar el choque con una segunda diana.

No se trata ya de vencer en los siete partidos jugados como local sino de ofrecer las sensaciones tan positivas que ayer enseñó el equipo ante una escuadra llamada a ocupar puestos de play off al terminar la temporada.

No puedo sino estar de acuerdo con las llamadas a la calma y a la humildad que ya se han producido tras el partido de ayer. Llevamos 13 partidos y queda mucho camino por recorrer además de muchas trampas y peligros que la competición nos pondrá por delante.

Pero siendo cierto todo lo anterior, también lo es que la imagen ha vuelto a ser satisfactoria con la dificultad añadida de exponerla ante un rival cualificado al que quizá le falte un delantero de referencia pero que es sin duda alguna un gran equipo.  

Es tiempo para tener los pies en el suelo pero para soñar un poco (sólo un poquito) ya que después de un lustro insufrible en el que todo parecía venirse abajo parece que la luz se hace lentamente y nuestro Pontevedra CF va recuperando trozos de ese prestigio que se fue dilapidando descarnadamente por diferentes despachos y campos de juego.