viernes, 22 de abril de 2016

Renovación, ilusión y un toque de surrealismo

Surrealismo: Dícese del movimiento artístico y literario que surgió en Francia después de la Primera Guerra Mundial y que se inspira en las teorías psicoanalíticas para intentar reflejar el funcionamiento de subconsciente, dejando de lado cualquier tipo de control racional.

Y esto último, la racionalidad, es lo que debió olvidar por unos instantes (no muchos, afortunadamente) la Presidenta del Consejo de Administración del Pontevedra CF en los primeros minutos de la rueda de prensa del  Jueves a mediodía en la que se anunció la renovación de Luisito Míguez como entrenador del equipo granate. No sabemos siquiera por cuanto tiempo se ha pactado ducha renovación peros sí que al menos la temporada que viene empezará con el técnico de Teo al mando de la nave granate.

Desde luego que esa mención al movimiento del cual Salvador Dalí fue uno de sus principales y más conocidos integrantes en el aspecto pictórico no viene provocada por la noticia objeto de la rueda de prensa.
La renovación del entrenador parece lógica desde el punto de vista deportivo al haber cumplido los objetivos marcados por el club en las dos campañas anteriores y al aceptar, se supone, las metas a las que quiere llegar el Consejo presidido por Lupe Murillo para la que viene.

Si hablo de surrealismo es por el estrambótico comienzo de la conferencia periodística protagonizado por Murillo que ni corta ni perezosa inició su intervención con el falso anuncio de la ruptura de las negociaciones y la marcha del teense para así "castigar" a los medios de comunicación que habían adelantado la noticia de la prolongación del contrato de Luisito y mostrar además su malestar por ello argumentando que la entidad que ella preside quiere darle el mismo trato a todos los periodistas sin caer en favoritismos o desigualdades.

Ni soy periodista ni creo que lo sea nunca por lo que quien entienda que estas líneas pueden deberse a un falso corporativismo o a un ataque arrebatador de "conciencia de clase" estará muy equivocado.

Ahora bien, no hace ejercer este oficio tan denostado en la actualidad para por un lado opinar que iniciar una rueda de prensa de esta forma es marchar en sentido completamente contrario a esa seriedad de la que día sí y día también quiere hacer gala la Presidenta del Consejo de Administración del Pontevedra CF y por otro lado entender que si un periodista o grupo de periodistas se trabajan con sus fuentes las noticias (fuentes que a buen seguro casi siempre serán internas del mismo lago del que emana su agua) está nen su perfecto derecho de publicarlas o contarlas a sus oyentes o lectores que son (o debería ser, llamadme ingenuo) aquello a los que se deben esos periodistas.

Hablamos además de una renovación cuyo anuncio adelantado en unas horas ni desestabiliza, ni desequilibra, ni perjudica al club por lo que no entiendo en ningún caso como se puede empezar de esa manera un acto como el del Jueves.

Dentro de poco, si seguimos con argumentaciones como la expuesta por Lupe Murillo, nos encontraremos con una prensa exclusivamente "vocera" del club que nada tendrá que investigar ni nada tendrá que informar u opinar que se salga de la línea recta oficial de una entidad (el Pontevedra CF o la que sea.)
Una cosa (y hago este comentario en tono jocoso) es que el Pontevedra no esté ahora económicamente para jefes de prensa y otra muy distinta es convertir por la vía de los hechos a todos los medios en miembros oficiales de dicha Jefatura para que se limiten a transmitir sólo aquello que la entidad quiera que se conozca.

Pero dejando al margen este hecho que creo merecía un comentario por su "peculiaridad", las intervenciones de la Presidenta y el entrenador no hay duda alguna que ofrecieron grandes dosis de ilusión e incluso ambición dirigidas a la afición granate.

Así, Luisito no dudó en compartir que a pesar de tener opciones de "engancharse al fútbol profesional" (expresión textual) su decisión fue la de quedarse aquí cerca de los suyos y donde es feliz pero también para que ese "enganche" se produzca a través del Pontevedra CF reconociendo además que en los planes del club para el año que viene está la intención de aumentar en lo que se pueda la inversión y salir a competir con mayores aspiraciones deportivas.

Está afirmación, corroborada como no podía ser de otra forma por la Presidenta es indudable que genera expectación y la ilusión citada anteriormente no porque se hable ya sin ambages de ascenso pues quizá le falte todavía un poco al Pontevedra para salir descaradamente con ese fin y volver al lugar que se le merece sino que por lo menos (eso es lo que yo he entendido al escuchar las dos intervenciones) porque se tratará de construir un conjunto más fuerte y más potente que el de la presente temporada para que el play off no resulte casi una quimera como sucedía esta campaña sino algo más al alcance real de las posibilidades del equipo.

Es cierto que en la rueda de prensa nada se habló (tiempo habrá evidentemente para ello) acerca de si en la mente del Consejo y técnico está mantener (o tratar de mantener) el bloque fortaleciéndolo con incorporaciones no numerosas pero importantes o si en el pensamiento del club está la renovación más pronunciada y extensa de la actual plantilla en la que sólo Kevin y Tomás cuentan con contrato en vigor.

Lo que yo espero ( y de declaraciones anteriores de Lupe Murillo parece desprenderse eso) es que sise sube la inversión o mejor dicho se aumenta el coste de la plantilla se haga sin tirar la casa por la ventana pues una cosa es afirmar (y lo haré una y mil veces) que el lugar que le corresponde al Pontevedra CF es la LFP y otra muy distinta es volver a generar deuda tras deuda que coloque al club en la pero de las situaciones que no es otra que luchar de nuevo con desesperación por su propia supervivencia.
Esa seriedad de la que hablaba al principio que entiendo abandonó hoy a la Presidenta durante unos pocos minutos la ha tenido siempre Murillo para afirmar que es ambiciosa, inconformista y que quiere conseguir grandes logros deportivos para el Pontevedra pero que todo ello estará siempre supeditado a que la salud económica de la entidad no vuelva a deteriorarse como tantas veces ha pasado y la última d manera tan reciente.

Espero que esa línea que ella misma se ha impuesto la siga a rajatabla y sepa conciliar la ambición legítima en el plano deportivo con la racionalidad obligatoria en el aspecto económico.

Sólo me queda una duda acerca de la renovación de Luisito ( quien por cierto también ha reiterado que el equipo necesita encontrar una solución para entrenar en hierba natural con habitualidad, petición completamente lógica y comprensible).
Me refiero a la presión evidente que conlleva salir con el objetivo de estar arriba y tratar de jugar la fase de ascenso.

Como ya se ha dicho repetidamente es este entrenador un hombre capaz de hacer grupo ( a pesar de su peculiar estilo) y preparar bien al equipo tanto física como tácticamente pero sus salidas "de pata de banco" delante de los micrófonos y el nerviosismo que a veces ha demostrado tanto en la fase de ascenso del pasado año como en algunos momentos de esta temporada tan plácida en lo deportivo, me crean algún interrogante en el caso de que las cosas no salgan como estaban previstas y surjan momentos de tensión con la afición, prensa o el propio Consejo de Administración.

Espero que sepa manejarse con más diplomacia en estas situaciones y rebaje el tono que habitualmente suele adoptar cuando las cosas se tuerzan un poco aunque confieso que sobre esto último tengo muy pocas esperanzas.  


martes, 19 de abril de 2016

Final descafeinado

Lleva el Pontevedra ya muchas jornadas pareciéndose bien poco al equipo seguro, alegre y decidido que encandiló a su parroquia a lo largo de casi toda la primera vuelta.
Existen circunstancias de peso, es cierto, que pueden explicar este evidente bajón no ya sólo en resultados sino también en consistencia y empaque sobre el terreno de juego.

Una de esas causas en mi opinión son las lesiones largas de jugadores clave para el equipo que en una plantilla pensada para otros menesteres se notan mucho más que en otras escuadras diseñadas para luchar desde el principio por objetivos más ambiciosos.

A este Pontevedra 2015/16 la enfermedad inesperada y muy delicada sufrida por Mouriño le propinó un golpe considerable para la fortaleza combinativa y creativa del equipo. El Mouriño de este año había conseguido una regularidad y una presencia en el césped superior a la exhibida en tercera división e incluso fue capaz de rendir muy bien en varias posiciones (segundo punta, banda izquierda, mediocampista ofensivo) posibilitando una polivalencia que fue bien aprovechada por el entrenador.

Que decir de la dichosa lesión de Alex producida el día que el Somozas visitaba Pasarón. Ya he comentado varias veces que este jugador se ha convertido sin duda en una de las más agradables sorpresas de la campaña pues lejos de desempeñar un papel de mero trabajo y esfuerzo en el centro del campo granate, el vigués ha desplegado en bastantes ocasiones una habilidad para mover la pelota con soltura e incluso llegar al área contraria que ha resultado muy importante para el equipo.
Estas dos bajas simultáneas mermaron considerablemente el medio campo pontevedrés sin olvidar las molestias sufridas en varios encuentros por Kevin en uno de sus tobillos que a pesar de no impedirle estar casi siempre disponible si menguaron en ocasiones ese despliegue físico tan conmovedor y eficaz para sus compañeros.

Podemos sumar a todo esto los numerosos problemas físicos de un Capi cuya experiencia, juego aéreo y seguridad atrás resulta insustituible en esta plantilla, la casi desapercibida temporada que ha pasado Carnero entre un inicio tortuoso de tarjetas y esta lesión extraña que tanto tiempo le tiene apartado de los terrenos de juego y los también problemas musculares que ha sufrido Jacobo en una fase de la temporada en la que estaba resultando muy destacada su aportación.

Todo esto es cierto pero no debemos ni podemos buscar sólo en las bajas este descenso de rendimiento de una plantilla que ha cumplido hace tiempo y sin titubeos el objetivo marcado por el Consejo de Administración para este curso futbolístico.

Precísamente este hecho, haber logrado la salvación con tanta contundencia y margen clasificatorio, es posible que haya provocado de manera inconsciente un descenso en el diapasón de la competitividad de este Pontevedra que necesita para rendir al máximo estar con las "orejas tiesas" durante los 90 minutos de todos los partidos. 
O quizá también haya podido influir que al verse tan arriba y con los deberes hechos tan pronto el equipo se haya visto invadido por cierto vértigo (quizá hasta de manera comprensible) y la posibilidad de jugar el play off de ascenso (posibilidad sin duda este año alucinante por la modestia de nuestras aspiraciones pero que en mi opinión ha hecho surgir en su momento las primeras tensiones entre técnico y Consejo) haya terminado por hacer zozobrar al grupo. 

Pero al margen de todas estas circunstancias (que seguro habrán influido cada una de ellas en mayor o menor medida en la actual situación del Pontevedra sin olvidar tampoco que la gran mayoría de esos jugadores compitieron la campaña anterior nada menos que hasta el 29 de Junio) también es pertinente señalar que el mercado de invierno no trajo a los "almacenes" granates la pieza que posiblemente se necesitaba.
No se trata de señalar a Bello y a Hugo de cuya calidad no se duda. De hecho, el primero protagonizó varios encuentros muy buenos nada más llegar aunque ahora su figura se haya opacado un tanto y Hugo disputó hace dos días frente al Celta B posiblemente el mejor partido desde que llegó.

Mas resulta indudable que lo que el Pontevedra necesitaba desde principios de temporada era gol y aunque eso, el gol, es lo más difícil de fichar el club no ha tenido la oportunidad de equivocarse en el punta elegido pues los dos jugadores jerezanos no tienen ese perfil de "9" que el equipo requería.

Comento todas estas cuestiones porque en el encuentro jugado frente al filial céltico han podido entreverse muchos de estos elementos que por desgracia han contribuido a echar un poco de agua (no demasiada, eso sí) al sabroso caldo que nos estábamos comiendo hasta finales del mes de Enero.

Que la tensión defensiva (y cuando hablo de defensiva me refiero a todo el equipo) no es la misma que al principio vuelve a ponerse de manifiesto en la facilidad con la que el Celta llegó a nuestro área en los primeros minutos. A eso contribuyó (a mi juicio de manera decisiva) el agujero descomunal de nuestra banda derecha sin que todavía pueda entender el porqué de tal circunstancia teniendo alternativas en el equipo. Una vía de agua no se detiene en la habitación en que se genera sino que acaba por encharcar otras estancias de la casa minando la estabilidad y seguridad del conjunto.
Es cierto que el primer gol viene de un rechace muy afortunado y el segundo de un remate prodigioso pero que el Celta llegó fácil los primeros veinte minutos es algo que resulta difícilmente discutible.

Pero a pesar de no mostrarse como un equipo férreo en defensa sí es cierto que el Pontevedra (en gran parte beneficiado por la falta de contundencia de la defensa celeste que tampoco se mostró demasiado expeditiva) logró por momentos dar cierto brillo a su juego en ataque pero todos sus intentos se vieron truncados por la negación ante el gol y el fallo de ocasiones que no se pueden perdonar en su totalidad.
Las dos que tuvieron casi seguidas, ya con 1-2, Borjas y Kevin fueron tan claras que volvieron a poner de manifiesto que el Pontevedra carece de esa capacidad anotadora imprescindible para soñar con otras cosas.
Es curioso lo de Borjas pues creo que pocos aficionados granates podrán discutirle su capacidad de trabajo, sus desmarques constantes, su presión y su compromiso con la causa pero lo cierto es que en la segunda vuelta ( salvo un par de penaltis) ha estado desafortunadisimo y extremadamente sólo en la suerte máxima de la conversión en gol de las ocasiones.

También las bajas siguen sin perder protagonismo ( las bajas obligadas, digo) y Capi y Carnero siguen sin estar y Mouriño está  (y se nota por momentos) pero sólo hasta que su físico se lo permite. 

No mereció perder el Pontevedra frente al Celta B e incluso tampoco sería descabellado opinar que pudo incluso ganar pero sus dudas iniciales atrás y su inveterada falta de puntería impidieron que el equipo se marchara del terreno de juego con más puntos en su haber.

Lo peor de todo es que faltan todavía cuatro partidos para el final de temporada y la señales que envía el equipo no son las mejores. 
En absoluto debe hacerse un drama por entrar o dejar de entrar en una Copa que luego ya sabemos puede provocarnos emociones fuertes o un agujero en el presupuesto pero más que por participar en esa competición tan penosamente diseñada, mantener el tipo en este póker de encuentros sería conveniente para no velar una temporada que en su primera mitad ha sido tan meritoria. No sería bonito seguir acumulando resultados negativos y verse al final de temporada en la zona media baja de la tabla y muy lejos de las sensaciones que el Pontevedra nos ha proporcionado durante un buen tramo de la Liga.

A día de hoy no está renovado el entrenador y las declaraciones de ambas partes (Consejo y sobre todo técnico) dejan translucir que en las negociaciones se hablará de muchas cosas.
Sólo dos jugadores de la plantilla tienen contrato en vigor para el año que viene (así ha venido publicado reciéntemente en prensa) y uno de ellos es Tomás cuya presencia en el equipo es casi testimonial.
Con todas estas cuestiones capitales en el alero, este final de Liga descafeinado parece perder actualidad e importancia dada la trascendencia de las decisiones que en no demasiado tiempo se tomarán en la casa granate ( objetivos para la 16/17, entrenador, componentes de la plantilla con los que se cuenta para seguir...) pero a pesar de todo ello insisto en que lo más recomendable sería no perderle definitivamente la cara a la competición y acabar con buenos resultados que despidan con un sabor agradable la campaña del retorno a nuestra "querida" segunda división B.

     

       
  


lunes, 11 de abril de 2016

El inesperado retorno del profesor Bacterio

Hace algunas semanas escribía acerca de mi afición a diferentes tebeos entre los que ocupaba un lugar especial las aventuras de Mortadelo y Filemón.
Hablaba en aquel artículo de varios personajes que circulaban por la inolvidable Agencía de la T.I.A y describía con mayor detalle la figura del profesor Bacterio. Como recordaba tras el partido contra el Racing jugado en Pasarón, el profesor creado por Ibáñez es un científico incomprendido cuyos experimentos u ocurrencias acaban de la manera más desastrosa posible haciendo casi siempre blanco y víctima de sus errores al poliédrico agente Mortadelo cuya antipatía por Bacterio era tan grande como indisimulada.

En esa crónica del encuentro frente a los cántabros argumentaba que habían sucedido cosas un tanto extrañas en la alineación y ubicación de los jugadores sobre el césped y que daba la impresión de que el profesor había decidido darse un garbeo por nuestra ciudad y tomar posesión de nuestro técnico de manera transitoria durante parte del choque de aquel Domingo.
En la segunda parte de ese encuentro todo pareció volver a la normalidad e incluso el Pontevedra acabó disputando una segunda parte bastante buena (favorecido, es cierto, por el excesivo conservadurismo de Munitis) y que esa sombra "bacteriana" parecía haberse diluido en la atmósfera lerezana para no volver a corporeizarse más.

A raíz de lo sucedido ayer me entran serias dudas sobre si el ínclito Bacterio haya tenido a a bien volver a pasarse por el banquillo granate durante unas horas pero lo cierto es que el Pontevedra CF protagonizó una primera parte no ya mala sino extraña y con novedades que volvieron a salir rematadamente mal para los intereses del equipo pontevedrés.

Es verdad  que el Pontevedra en partidos anteriores en casa ya había exhibido un sistema con tres centrales más dos laterales largos. Pero lo había hecho siempre como recurso excepcional cuando las cosas no salían y el marcador nos era adverso. En ese encuentro disputado contra el Racing de Santander tras el descanso Luisito ubicó a sus hombres con ese 5-3-2 y dio sus frutos. También al inicio de la segunda parte frente al otro Racing el Pontevedra mudó sus sistema para jugar así y en algunos encuentros con el marcador a favor y en los últimos minutos (Leonesa, por ejemplo) salió un tercer central para reforzar la seguridad defensiva y el juego aéreo.

Ahora bien, de entrada nunca en Pasarón se había salido así y menos con ese 5-2-1-2 o (si atendemos a la posición de los laterales cuando teníamos el balón 3-4-1-2.)

Así, Kevin se veía "desterrado" al centro de la defensa para ubicarse ahí junto a Bruno y Campillo. Los laterales (Verdú y Adrián) se adelantaban más al medio campo cuando teníamos la posesión para jugar prácticamente a la altura del doble medio centro (Alex y Queijeiro), Bello se ubicaba en una clara media punta y Borjas y Hugo oficiaban en ataque.

El partido empezó de esta forma y fue tal el desastre y la "empanada" colectiva que por vez primera en dos años se escucharon durante varias fases con claridad la música de viento de una afición que no entendía casi nada de lo que veía, pitada que arreció al terminar la primera parte.

Marcó el Sporting al cuarto de hora en la única ocasión que tuvo en todo el encuentro si ocasión se le puede llamar a un lanzamiento efectuado casi desde Ribadeo en el que los jugadores granates estuvieron contemplativos y nada eficaces a la hora de estorbar al centrocampista asturiano y a renglón seguido Luisito empezaba a desembarazarse de ese incómodo disfraz de profesor de tebeo y ordenaba el cambio de ubicación de varios de sus hombres sobre el terreno de juego. 

Efectivamente, Kevin abandonaba su "exilio" y pasaba a hacer pareja como es habitual con Alex; Hugo se movía a la derecha, Bello a la izquierda y Queijeiro pasaba a actuar en esa línea de tres mediapuntas por detrás de Borjas en un 4-2-3-1 más reconocible.

Aún así el tema no mejoraba en absoluto y el Pontevedra ni era capaz de sacar bien el balón, ni combinar ni mucho menos crear peligro en la área esportinguista.
Y a la media hora se produjo el definitivo arrancamiento del disfraz "bacteriano" y en otro reconocimiento de errores Luisito decidió hacer dos cambios de una tacada y colocar sobre el campo a Jandrín (aunque también "exilado en banda izquierda) y a Mouriño sacando del césped a Bello y Queijeiro.

En los minutos que quedaban hasta el descanso el Pontevedra mejoró algo y un tiro de Alex y sobre todo otro de Mouriño en buena posición empezaban a presagiar que ya con una mínima racionalidad el Pontevedra podría tener opciones de darle la vuelta a la tortilla.

Y tras el descanso se jugaron los mejores minutos de la tarde con un Mouriño dinámico, un Kevin apretando desde el medio y mezclando como casi siempre bien con Alex y un Hugo que por fin realizó su primera jugada en casa desde que es granate penetrando muy bien por la derecha y enviando un bonito centro para que Alex llegando desde atrás conectase un certero cabezazo para conseguir el empate.
Mejoraba el Pontevedra a la par que el filial gijonés seguía dando una paupérrima imagen que mucho tendrá que cambiar para no verse implicado no ya en la promoción sino incluso en el descenso directo.

Es cierto que tras el gol y también por un parón bastante largo por la lesión de un jugador visitante en la jugada que propició la primera amarilla para Borjas, el Pontevedra cortó un poco la continuidad en su juego que había logrado al inicio del segundo tiempo pero sí se veía que el control del partido era total del conjunto granate y que en alguna jugada se podría lograr el triunfo. 
Luisito demostró que quería ganar y que no valoraba un empate que apenas servía para nada al introducir a Jacobo en el campo para sacar a Bruno y volver a retrasar a Kevin a la defensa.

Pero poquísimo después llegaba una jugada extraña en la que se produce un choque en el área entre Borjas y otro jugador rival y el árbitro tomó la decisión en ese lance de sacarle la segunda amarilla al delantero canario del Pontevedra. Fue una jugada confusa en la que sí es cierto que un Borjas desafortunado ya desde hace demasiado tiempo va con mucho ímpetu a la pelota pero en la que da la sensación de que resbala y que en ningún momento quiere golpear al jugador esportinguista.

Sea como fuere la expulsión cortó de raíz las esperanzas de remontar el partido pues el Pontevedra que sólo tiene un delantero en plantilla (más Carnero al que parece que ya no se le espera) se quedó completamente romo en ataque y sólo la ingenuidad o mediocridad de los jugadores rivales provocaron que ese último cuarto de hora discurriera por unos canales de tranquilidad e impotencia sabedores ambos equipos que el 1-1 sería el resultado final del encuentro.

Ha sido una semana extraña rematada con esta absurda y regalada primera parte que fue una losa que no se pudo superar y deja al Pontevedra tras el empate todavía quinto y con un punto de margen con respecto a un Burgos que nos visitará en la última jornada de liga.

Y digo semana extraña porque "extrañas" e incluso preocupantes me parecieron unas declaraciones del entrenador publicadas en prensa pocos días antes del partido.

Que el Pontevedra desde hace meses no entrena en unas condiciones óptimas para afrontar la competición (algo que volvía a repetir Luisito en esas declaraciones) es cierto y nadie puede negarlo pues poder pisar Pasarón de vez en cuando para preparar los partidos sería muy positivo. Ahora bien, la forma de decirlo (y es sólo una impresión de este bloguero) me vuelve a sugerir un malestar de Luisito con el Consejo (malestar tenue, si se quiere pero malestar a fin de cuentas). Un malestar que ya quiso poner de manifiesto el de Teo en la famosa rueda de prensa tras el choque disputado frente al Coruxo.
En aquel momento los medios pusieron el acento en las críticas del entrenador a la propia prensa por inflar las posibilidades reales del equipo en la clasificación pero a mi juicio lo más importante de aquellas palabras de Luisito fueron las que solapadamente deslizó en dirección a ese Consejo y contra algunas opiniones que desde dentro del propio club se habían vertido con relación a la posibilidad de clasificarse para el play off.

A mediados de la pasada semana Luisito volvía a hacer hincapié en el tema de los entrenamientos y reconocía (creo que algo molesto) que nadie de la entidad se había dirigido a el todavía para hablar de la renovación.
Estamos ya en el mes de Abril y el objetivo con el que el equipo salió a competir hace semanas que se ha conseguido. 
Llama la atención, es cierto, que durante todo este tiempo de tranquilidad ya con la seguridad de la salvación en la mano no se haya hablado todavía con el técnico para tratar el tema de su continuidad y cada día me parece más evidente que esta situación está generando diferentes tensiones que a veces resultan difíciles de disimular.

No ayudan en absoluto algunas afirmaciones del propio Luisito en la rueda de prensa de ayer en la que venía decir sin ambages que la Copa del Rey le da lo mismo y que el lo que quiere ya que no puede ser cuarto es ser quinto y quedar lo más arriba posible. Los que nos tomamos la molestia de escuchar íntegra dicha rueda de prensa sabemos que esa frase está dicha con el estilo propio del de Teo y que su mensaje no es renunciar a la Copa pero debería tener cuidado pues esa frase sacada de contexto podría añadir todavía más confusión y dudas en una relación entrenador- Presidenta que por lo menos de puerta para fuera parecía completamente idílica y vacía de problemas e inconvenientes.

Viene el Celta B el próximo fin de semana. Es evidente que a los aficionados granates el derby que nos gustaría disputar es contra el Celta "sin b" pero a falta de grandezas pasadas que da este sucedáneo que no deja de ser importante para el maltrecho orgullo de la afición pontevedresa.

Espero que la actitud del equipo (aunque sin puntas pues Borjas será sancionado) sea desde el principio la de la segunda parte de ayer y que ni la clasificación ni el pasado de algunos jugadores sea óbice para entender que ganarle al Celta B debería ser obligatorio para nosotros y que conservar el puesto de Copa podría (si se dan buenos sorteos) ser verdaderamente importante para la entidad en el aspecto económico.         
La temporada para la mayoría de nuestros jugadores está siendo eterna (no olvidemos que en la pasada se compitió hasta finales de Junio) pero bien vale un último esfuerzo para no echarse atrás en la tabla y completar una muy buena temporada que podría ensuciarse un poco si nos dejamos ir en demasía.