martes, 13 de octubre de 2015

De una prestigiosa victoria; una afición olvidada y un encuentro afortunado

Rompió el Pontevedra CF la racha de derrotas consecutivas fuera de casa y fue a conseguirlo en uno de los escenarios que a priori parecía menos propicio para ello.

Entró el equipo granate al Sardinero decidido a dar un toque de atención a todo el grupo Primero y salió del césped santanderino no sólo con tres puntos bajo el brazo sino con una actuación convincente en la que además de ese equipo rocoso e incómodo que suele ser consiguió por fin dotar de profundidad y veneno a su juego ofensivo.

Porque no hay que olvidar que antes de que llegasen los dos goles pontevedreses mediada la segunda mitad, en la primera parte Jacobo ya había disfrutado de una ocasión muy clara, Borjas de otra fabricada por él mismo con un disparo tan bonito como potente que a duras penas sacó el portero e incluso otra jugada de mucho peligro fue abortada por un defensa local casi debajo de los palos con el guardameta fuera de sitio.
También en la segunda parte antes de los tantos pudimos ver como Campillo enviaba un balón al poste desde fuera del área. 
En definitiva, el Pontevedra no solo fue en Santander un equipo serio y organizado en defensa sino que esa presión agobiante y bastante arriba practicada sobre los jugadores racinguistas provocó robos de balón en zonas comprometidas que ayudaron a generar ocasiones claras de gol y a hacernos claramente acreedores a la victoria.

Son dos victorias seguidas en Liga que nos acomodan en una zona más tranquila de la tabla y lo que es más importante hacen que esa dichosa serie de partidos perdidos 1-0 fuera pase a formar parte del pasado con el empujón psicológico que a buen seguro este dato proporcionará a la plantilla. No podemos olvidar que este equipo que tanto se parece al del año pasado en tercera resultaba más peligroso fuera que en casa y que fue ese infausto partido jugado en la isla de La Palma el que introdujo unas dudas como visitante absurdas y exageradas al Pontevedra que quizá se hayan disipado con esta victoria justa y merecida conseguida en Santander.   

Ojo. Ahora es el momento de la calma y de la cautela. Es posible que algunos tras estos seis puntos entiendan que ya todo va a ir sobre ruedas y que el play off de ascenso está a tres puntos. No exagero. Debemos reconocer que somos un club algo ciclotímico y que pasamos en muy poco tiempo a vernos de nuevo en tercera a creer que podemos ir al Ramón de Carranza a darle un disgusto al gran Kichi.

No. El que está a tres puntos es el descenso y el Domingo viene el At. Astorga, rival de nuestra liga, que llegará con tres puntos menos en la clasificación. A buen seguro planteará un partido "perro" en el que costará Dios y ayuda penetrar en su entramado defensivo y habrá que remar y apartar mucha agua del camino. Si ahora nos creemos más por vencer en El Sardinero estaremos dando el primer paso para estamparnos contra el suelo el próximo Domingo. 
El partido debe afrontarse con humildad y con la capacidad de esfuerzo que este equipo suele exponer sobre el terreno de juego. Habrá que sacar además del remo el pico y la pala para ganar. Sería importante, no cabe duda. Vencer en casa debe ser la prioridad para cualquier equipo que no quiera complicarse la vida por abajo y meterle seis puntos a los castellano- leoneses estaría fenomenal. Pero se conseguirá a base del mismo trabajo que se ha desplegado frente al Coruxo y al Racing. Ese es el camino a seguir para alcanzar otra victoria.


Acudieron a Santander varias decenas de aficionados granates. Organizaron el desplazamiento como Juan Palomo:"ellos lo guisaron y ellos se lo comieron". Por lo menos esta vez obtuvieron el mejor premio a su esfuerzo, ver a su equipo luchar como siempre y jugar como casi nunca para ganar por vez primera en un campo histórico de nuestro fútbol. A ellos va mi más sincero agradecimiento.

De porqué el Pontevedra vive hace tiempo de espaldas a su gente es algo que se resiste a mis entendederas.
Una afición que ha aguantado "carros y carretas" el año del descenso con los jugadores de rodillas sobre el césped en el tramo crucial de aquella campaña en señal de protesta por los impagos. Que ha resistido cual 300 espartanos "la travesía del desierto" de la tercera división con más problemas de impagos y con derrotas tan sonrojantes como un 1-2 frente al Estradense o un 0-1 con el Vilalonga o con el Sanxenxo, dicho esto último con todo mi respeto hacia estos modestos equipos que lo único que hicieron fue mostrarse superiores al Pontevedra. Esa afición que a pesar de todo pobló en gran número las gradas de Pasarón en el play off de hace dos temporadas y que lo llenó hasta los topes el pasado año frente al Mensajero y Haro y acudió en masa también frente al Manzanares.

Esa afición (habló ahora de los "irreductibles") que paga con religiosidad su abono sin importarle su alto precio en relación a los objetivos marcados y lo que es más importante sin importarle tampoco los argumentos falaces esgrimidos por el club a la hora de justificar dichos precios.

Esa afición, en definitiva, que no se merece ni de lejos los desplantes de un Consejo de Administración que debe entender que aún siendo muy meritorio conseguir tener a la entidad al día en los pagos en la situación en la que se encuentra, eso no debe ser óbice para tratar con un poco más de cariño a aquellos que se van los Domingos por la noche a la cama orgullosos e ilusionados con las victorias y dolidos o cabreados con las derrotas de su equipo.

El año que viene nuestro club celebrará sus 75 maravillosos años de existencia. Se organizarán actos, se sacarán multitud de instantáneas y un sinfín de autoridades políticas y "personalidades relevantes"de la ciudad aparecerán en dichas fotografías con sus mejores galas. 
Me temo que los grandes olvidados una vez más serán los mismos. Los aficionados de a pié. Los que acuden a Pasarón a ver al Dorneda o al At. Astorga ya haga frío o calor o aquellos que por su cuenta y sin ningún tipo de ayuda o reconocimiento posterior se meten en un autobús de madrugada para ver jugar a su equipo.

No querría terminar este escrito sin referirme a uno de esos aficionados incondicionales del Pontevedra. A un grande entre los grandes, Severino Penelas. Es "Seve" historia viva de esta entidad de la que es socio desde que aquella vio la luz en 1941. 
Diario de Pontevedra tuvo la gran iniciativa la pasada semana de reunir a "Seve" con el actual entrenador de la primera plantilla para hablar un poco sobre el pasado y el presente de la entidad.

Este encuentro propiciado con acierto por el Diario me lleva a reflexionar sobre lo necesario y útil que podría ser una charla de aficionados de este tipo a principios de temporada con los jugadores, técnicos y a lo que se ve directivos del Pontevedra.

Creo firmemente que con tan solo tres cuartos de hora de conversación con Seve o con otros veteranos aficionados del club sería mucho más sencillo que todos los miembros de la entidad entendieran lo que significa vestir la camiseta y portar en el pecho el escudo del Pontevedra. Sólo con ver como los pequeños ojos de Seve, refugiados tras sus ya características gafas de aumento, se emocionan a hablar sobre su equipo podrían entenderse casi 75 años de historia preñados de dificultades pero también de grandes alegrías y sueños labrados en granate.                 


  

2 comentarios:

  1. Una victoria que nos transporta mentalmente a otras como en Mendizorroza o en el Tartiere,justo antes de que todo el castillo de naipes mironiano se desplomase y nos mandase al hoyo.Aprendamos de esta travesía por el desierto y no dejemos que vuelva a pasar.
    Y la accionista mayoritaria que recuerde que no es la dueña,si no la depositaria de una historia y una tradición y que sin los aficionados lo único que posee son unos papeles sin ningún valor.

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  2. También sería bueno que los medios de comunicación de esta ciudad criticaran mucho más la actitud tan lamentable de pasotismo que ha tenido la señora Murillo con sus consejeros ignorando por completo a las peñas sin mover un solo dedo por ellas para organizar viajes a Ferrol y Santander en vez de ser tan sumamente pelotas como por ejemplo quien dirige las tertulias de los martes en las que participas, resulta bastante triste ver cómo los aficionados que son el alma de Pasarón son ignorados por completo tanto por el club como por la prensa.

    Me uno a las palabras del comentario anterior de Turoqua a las que añado lo siguiente: que recuerden Murillo y compañía que están gestionando un club que está a un año de cumplir los 75 de existencia, que no es poco, que tomen nota de la patética gestión que están haciendo a nivel social con la gente que paga sus abonos en verano y que respeten a una afición que en los últimos 5 años ha tenido que tragar mucha mierda, pero que ha seguido al pie del cañón acudiendo a Pasarón.

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